capitulo 32

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Narrador omnisciente.

Los siguientes días fueron una tortura para ambos, sobretodo por parte de kaito, el al estar enlazado con shinichi sufría tenerlo tanto tiempo lejos de el, llegó incluso hacerle un berrinche a su madre por qué no podría estar con el.

Lo único que le interesó es que podría estar un rato a su lado durante la fiesta de coronación.

Hizo un gran alboroto al entérese de eso y lo mejor de todo, es que estaba a unas horas de que fuese la coronación, de hecho lo estaban preparando para la coronación, casi todos fueron al gran salón y solo el faltaba en bajar el para poder dar inicio con todo, se acomodo la capa que llevaba para la ocasión, trato de relajarse jugando con las joyas que llevaba en la vestimenta.

Tenía un presentimiento, no sabía si era buenos o malo pero se intensifico al escuchar como se abran las puertas y con su mejor cara empezó a caminar hacia el sumo sacerdote y su madre, que lo esperaban.

Con la mirada busco a shinichi, lo pudo ver solo de reojo pues sin querer Ran lo tapo así que no lo vio mucho pero se conformo al saber que estaba en primera fila viéndolo solo a él, rubio la mirada orgullos y se acercó hasta el sumo sacerdote.

-Pueden tomar asiento- todo se sentaron y prestaron atención -hermanos míos nos reunimos todos aquí por algo en común...Kuroba kaito, estoy aquí para bendecir y honrar tu siguiente paso, la emperatriz hablo conmigo y estoy de acuerdo con esto....- miro a kaito con calidez -Señora mía, acérquese por favor- la emperatriz se acercó con un cojín, sobre el estaban una corona y un centro -Te hago entrega de la corona, símbolo de liderazgo que ahora tomarás a hora que te convertirás en Emperador- todos se levantaron y entusiastas -Tengo buena fe en usted....con la bendición de los dioses y nuestro permiso le hacemos entrega de su corona- la emperatriz se acercó a él, colocándole la corona -Que su reinado sea prospero-

-Gracias su excelencia...madre, así será-

Y el salón se llenó de aplausos y gritos de jubilo, todos en coro llamaron a kaito, quién hinchó el pecho en orgullo y casi supiera en alegría, contagiado por la felicidad de todos los invitados.

Dejo el cetro y recibió un abrazo de su madre, quién tenía ligeras lágrimas más no derramó ni una.

-Tu padre estaría orgulloso de ti...ambos estamos orgullosos en lo que te has convertido hijo mío- acaricio su mejilla con delicadeza.

-Lo sé madre...gracias- tomo la mano de su madre, se apoyo en su mano y froto un poco.

Ambos salieron de su momento familiar, sonriendo cálido entrelazaron sus brazos y empezaron a caminar hacia donde sería la celebración y después de dar un emotivo discurso en el palco real fue cuando por fin pudo divisar a shinichi, cerca de la pequeña sala contigua al palco.

Fue cuando vio a shinichi en un precioso Kimono esperándolo, lo que esperaba decirle se quedó atorado en su garganta al verle a los ojos.

-Kaito, rápido que vamos tarde- shinichi lo miro normal y como si fuese de todos los días se pudo a su lado -trata de no demorar mucho ya nosotros-

-Luces preciso querido- dijo sin pensar viendo con satisfacción como tubo una preciosa reacción de shinichi.

-Gracias su majestad...- contestó apenado y ambos salieron con la barbilla en alto.

Recibieron felicitaciones y ambos con grandes sonrisas las aceptaban, bebieron un poco y ambos tratan de no separarse pues varios se acercaban con intenciones de negociar sobre alguna concubina o preguntar sobre la emperatriz...o emperador que lo acompañase en el gobierno. Para fortuna de ambos, muchos ya estaban al tanto de su enlace y con eso los alejaban pero aún así habia algunos tercos que no desistieron.

La Joya De KaitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora