11 * "Entrenamiento"

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-Recuérdenme porque hago esto- pidió Rubén en la puerta de un pequeño gimnasio, acompañado por dos azabaches.

-Por ludópata- respondió uno.

-Por idiota- respondió el otro.

-No me parecen buenos argumentos- murmuró.

-Venga Doblas, perdiste la apuesta y debes pagar- dijo un azabache de ojos rasgados- asistir todo un mes al gimnasio-.

Rubén se giró hacia el otro amigo- Fargan, recuérdame nunca más apostar contra Willy- pidió mientras Fargan reía.

-No creo que sea tan malo, además mi instructor es muy bueno en su trabajo- dijo Willy abriendo la puerta para ingresar con sus amigos.

Dentro del pequeño gimnasio, había algunas personas trabajando en diferentes maquinas, desde bicicletas fijas hasta las prensas de piernas. En una zona del fondo había una chica de larga cabellera negra dando unas clases de gimnasia aeróbicas para un grupo de señoras mayores.
Rubén miraba de un lado al otro junto con Fargan, para ser un sitio pequeño estaba muy bien distribuido.

-Hombre, Willy ¿Agregando sesiones a tu rutina?- preguntó un castaño que llevaba una camiseta de tiras y estaba un poco sudado, le dio su mano, siempre limpia, para saludarlo- no te esperábamos hoy- agregó.

-Hola Luzu, no, hoy no vengo yo, solamente acompaño a un amigo- dijo devolviendo el saludo e indicándoles a sus amigos que se acercarán- ellos son Rubén Doblas y David Romero- los presento mientras el castaño extendía su mano a ambos- chicos él es Borja Luzuriaga, es uno de los instructores y copropietario del establecimiento- lo presentó.

-Es un gusto tenerlos aquí chicos- dijo Luzu tan amablemente- ¿Ambos quieren iniciar?- preguntó.

-Ah no, no, no, sólo él- dijo David empujando a Rubén al frente.

-Entiendo ¿Y qué tipo de ejercitación te gustaría?- preguntó Luzu amablemente.

-Pues, con sinceridad macho, me canso hasta de subir escaleras- se sinceró con el castaño.

-Ya veo... pues podrías empezar con Mónica ella...-.

-Empezara con Samuel ¿Dónde está?- interrumpió amablemente Willy, luego de buscar al nombrado con la mirada por el pequeño salón.

Luzu miró hacia el reloj que había detrás de la recepción- mmm tuvo unos "asuntos" que atender- agregó haciendo comillas con sus dedos.

-¿Akira?- peguntó Willy mientras Luzu rodaba sus ojos- ¿aún no se ha resignado?-.

-Pues, estuvo dos años con él, así que supongo que está tratando de recuperarlo- susurró.

Rubén se dedicó a dejar de lado aquella charla que le recordaba a sus tías, hablando de la vida de otras personas por el simple placer de hablar de algo, recorrió las instalaciones, era la primera vez que le prestaba suficiente atención a un gimnasio, la verdad era que nunca le interesó aquel ambiente pero este se notaba interesante, lo que jamás entendería era porque demonios hombres y mujeres mamadisimos seguían asistiendo a un gimnasio.
Entendía que fueran personas grandes de cuerpo para querer bajar un poco de peso o en su caso, delgaduchos para formar un poco de músculos, pero los que ya estaban "bien" físicamente le molestaba, lo sentía como una especie de burla. Pensó que debería haber diferentes tipos de gimnasio, normales por un lado y mamadisimos por el otro.

-Ouch-.

-Lo siento, chaval ¿estás bien?-.

Estaba perdido en sus pensamientos y terminó chocando con un azabache que acababa de ingresar. Iba a cabrearse por la situación, pero al ver una expresión de preocupación en el contrario cambio de opinión.

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora