25 * "Fashion AU"

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-Por favoooorrr- pidió corriendo tras el azabache.

-No-.

-Te lo suplicó- insistió el rubio teñido continuando con su persecución- ¿Qué quieres? ¿Qué me arrodille y suplique?- preguntó poniéndose frente al azabache e impidiéndole el paso y arrodillándose frente a él- ya, te lo supliiiiicoooo-.

-Ya le dije que no- respondió incómodo por la situación delante de él.

-Pero, es que eres perfecto, por favor, se mi modelo-.

-Yo no se nada del mundo del modelaje y tampoco llama mi atención, además tengo mucho trabajo que hacer- respondió seriamente cruzando sus brazos, había tomado una decisión y no cambiaría por nada.

Quizás fue su insistencia o quizás su testarudez y el negarse a obtener un "no" como respuesta, sea como sea, Samuel De Luque, estudiante de arquitectura, terminó cediendo a ser el modelo de Rubén Doblas, estudiante de diseñador de modas.
Y desde ese momento comenzó todo el embrollo.

-No, ya te dije que hoy no puedo, Doblas- respondió al llamado del contrario- te dije que no, no vayas a mi departamento, no, si estaré con alguien ¿Vale?- masajeo el arco de su nariz- si quieres me pasó mañana por tu salón y... ¿Doblas?- miró la pantalla de su móvil al no recibir respuesta alguna- me colgó- apretó con fuerza su móvil, sabía lo que aquello significaba.


Aquel castigo duró un año que estaba llegando a su final, Rubén tenia como proyecto de fin de año enseñar una sesión de fotografía enseñando sus diseños y el modelo que ya había elegido tenia que ser el mismo durante todo el años.
Samuel creyó que solamente sería una vez pero se equivocaba, tuvo que estar varios días yendo a casa de Rubén y el contrario fue varias veces a su casa, cuando Samuel estaba muy atareado con sus propios proyectos.

Aquella noche, Samuel tendría una cena en su casa por primera vez en varios meses y no quería que nadie, mucho menos Rubén, le jodieran la noche. Pero el contrario tenía otros planes y aquella noche no saldría tan bien como el azabache lo esperaba.

-Ya ¿es todo? ¿puedes irte de mi casa?- preguntó Samuel parado en una pequeña plataforma con sus brazos extendidos mirando el reloj de la pared, mientras Rubén le tomaba más de mil veces sus medidas.

-Aún no, debo tomar muy bien tus medidas, deben ser exactas, es mi proyecto final De Luque, no puedo tener fallas de ningún tipo- dijo el castaño seriamente anotando las medidas tomadas en un pequeño cuadernillo.

-Desde hace un año que vienes tomando mis medidas, ya deberías tenerla- dijo bufando molesto, quedaba menos de una hora para que su cita llegara y aun no había cocinado nada, sin contar con que Doblas tenía un reguero de cosas por toda su sala.

-Ya te dije, tengo que asegurarme de que son las exactas- dijo yendo hasta la mesa para tomar varias telas- ahora veamos, necesito ver cuales son los colores que te favorecen y como usaremos en las prendas los que no-.

Samuel comprendía la importancia de poner todo el esfuerzo en cualquier proyecto final de cualquier carrera, nunca tomaba a la ligera ninguna carrera todos tenían sus complicaciones y sus facetas sencillas y podía notar en Rubén como estaba cien porciento concentrado en hacer lo mejor posible, realmente quería conseguir una excelente calificación en aquel trabajo.
Se tomó unos minutos para ir al baño, más que nada para enviar un mensaje y cancelar lo de aquella noche, siempre pasaba lo mismo, cuando el castaño se enteraba que tenía alguna cita con alguien más, casualmente tenía que ir a su casa a tomar medidas y seguir probando prendas tras prendas.

-Oh rayos, creo que ya debería irme, lo siento, tu cita esta llegando treinta minutos tarde- dijo Rubén quitándole la ultima prenda que tenía puesta.

-Si, descuida, termina de tomarme todas las medidas de una buena vez- dijo seriamente.

-¿Estás molesto?-.

Samuel negó- pero tengo hambre así que imagino que cenaras conmigo ya que tuve que cancelar mi cena- dijo cruzándose de brazos.

Esa sería la primera vez que ambos comerían juntos; si bien ya había merendado en alguna que otra ocasión, el azabache nunca había permitido que Rubén se quedara demasiado tiempo, se había comprometido en ayudarlo por su insistencia y nada más, que surgiera una especie de amistad no era lo esperado, pero al final ese tipo de cosas se daba y poco a poco muy lentamente fueron conociéndose lo justo y necesario.

Mientras Rubén dibujaba unos diseño nuevos en una libreta y sacaba algunos moldes también, Samuel estaba en su cocina, preparando algo para la cena, pastas con salsa, algo no muy elaborado pero delicioso.
Llamó al castaño para cenar, el contrario dejó de hacer sus trabajos por un momento para poder cenar.

-Lamento mucho que hayas tenido que cancelar tu cita, Samuel- dijo tratando de aparentar que realmente lo sentía, cuando ambos sabían que en el fondo el castaño no lo lamentaba para nada.

-Descuida-.

-¿Y esto planeabas preparar?- preguntó llevando una porción de pastas hasta su boca con el tenedor.

-No planeaba comer... esto- respondió.

-Eehh ¿Y qué planeabas comer?- preguntó fingiendo curiosidad.

Samuel lo miró seriamente antes de sonreírle y volver a su plato, no iba a caer en su jueguito, no iba a hablar de más. Continuaron con la cena, hablando únicamente del proyecto del castaño, Samuel quería saber cuanto le faltaba para terminar y por ende, para saber cuando terminaría su calvario.

-Oye...- Rubén estaba jugando con los últimos fideos que descansaban en su plato, moviéndolos de un lado a otro- ¿No te gustaría salir a tomar algo después de la cena?- preguntó.

-¿No estás cansado? Además, tienes que llevar tus cosas hasta tu departamento- respondió terminando de cenar. Pudo escuchar como el contrario suspiró y terminó por sonreír- no me apetece beber fuera, pero ¿Qué te parece beber algo aquí en casa?- propuso llamando su atención.

-¿En serio?- preguntó- si claro- aceptó de inmediato sin darle tiempo a retractarse.

Lo que sucedió aquella noche, fue el inicio de la relación de siete años que ambos ya llevaban, Rubén viajaba mucho a Milán, la capital de la moda con nuevos modelos con quienes trabajaban, Samuel, quien trabajaba de arquitecto solía ir a ver sus desfiles. El azabache se convirtió en el modelo durante todo el periodo en que Rubén estuvo estudiando pero dejo de serlo cuando ambos se recibieron y se casaron. 
Sin duda la insistencia de Rubén en Samuel había ayudado mucho para llegar a aquel final, aunque Samuel fue quien siempre estuvo dispuesto a ayudarlo y apoyarlo. Siete años de relación y cuatro de matrimonio, ambos trabajando en lo que deseaban... no podían desear nada más... o eso creían.


~25/05/2022~Ela~Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ~

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora