21 * "Constelaciones / Estrellas"

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Pasaban de las dos de la mañana, los invitado ya se habían retirado de su isla flotante y él estaba completamente molido.
Habían hecho una pequeña celebración en casa, aunque le costó mucho aceptar terminó cediendo sólo por su esposo, quien en este momento se encontraba desaparecido, bufó levemente, sabía que aquello sucedería pero aun así sonrió mientras comenzaba a recoger todo el tiradero que había quedado de la fiesta nocturna.

Dejó lo más pesado para el día siguiente, ahora estaba bastante agotado y sólo quería encontrar a su esposo e irse a dormir. Lo buscó en la cocina, la sala, en el amplió comedor, subió a su cuarto e incluso bajó a la habitación de Lobo Nocturno, pero no lo encontró en ningún lado.
Cuando salió al balcón, notó que en la casa del árbol que le había obsequiado y que los Dioses habían colocado en los terrenos de su nuevo hogar tenía las luces encendidas. Salió de la casa principal para dirigirse a la casa árbol y lo encontró ahí, apoyando contra la barandilla mirando el cielo nocturno.

-Hola cari ¿Qué estás haciendo aquí tu solo?- preguntó abrazándolo.

-Hola mi amol ¿Ya se fueron todos?- dijo correspondiendo al abrazo mientras Vegetta asentía.

-¿Estás bien?- preguntó.

-Ci, solamente pensaba un poco- respondió.

-¿Tu pensando, Doblas?- preguntó con gracia recibiendo un codazo en su costado- ouch, está bien, está bien, te creo- dijo dejando un beso en su cuello- ¿y me vas a decir en que pensaba mi hermoso esposo?- cuestionó.

Rubius se encogió de hombros- solamente pensaba en lo estúpido que hubiese sido de mi parte no haberme reconciliado contigo- respondió esbozando una sonrisa culpable- gracias por no darte por vencido conmigo, cariño- agregó acariciando su cabello.

Habían pasado dos años desde que se habían casado. Desde que habían logrado resolver aquel problema que había surgido de Rubius y el miedo que poseía sobre sí mismo. Dos años también en que Freya y Astrid volvieron a su mundo.

-¿Y Brayan?-.

-Con Nieves y Akira- respondió el azabache- nos dieron la noche libre- murmuró presionándolo más contra su cuerpo.

Rubius sonrió, dos años de completa felicidad, con su esposo, su hijo y sus amigos- oye, pronto cumplirá los dos años-.

-Sí, el tiempo pasa muy rápido- murmuró- por cierto, amé los fuegos artificiales cari-.

-¿Si? Willy y Fargan me ayudaron- informó- me recordó a cuando me dejaste explotar la isla de la sirena, fue divertido-.

-Lo fue- giró su rostro para besarlo- te amo Doblas- murmuró.

La tez de Rubius se tiñó de rojo, a pesar de llevar dos años con Vegetta aún no superaba ciertas cosas, aunque aquello le daba igual al azabache. Amaba a su esposo y a su vida actual.

-Pasemos la noche aquí Vege- pidió Rubius entre besos- mirando las estrellas, sólo tú y yo-.

-Está bien- le sonrió- ¿Quieres que te haga ver otras constelaciones?- inquirió coqueto y divertido.

-Tas bobo- sonrió- eso no, hoy no, estoy cansadito-.

-Jajaja está bien, está bien, acomodemos la cama un poco para poder admirar este cielo nocturno- dijo Vegetta soltando a su esposo para mover la cama en otra posición.

Rubius lo ayudó y entre ambos colocaron la cama cerca de la barandilla para apreciar el cielo nocturno.
Habían pasado por tanto dos años atrás, que nunca se imaginaron en aquella situación, por un momento ambos sintieron que lo perderían todo, que no habría más momentos felices, ni para ellos ni para nadie en Karmaland.

-¿Vege?-.

-¿Hnng?-.

-¿Creés que ellas... están bien?-.

Vegetta suspiró con calma- no estoy seguro cari, pero yo espero que si- lo abrazaba y acariciaba su cabello mientras estaban acostados- espero que sean tan felices como nosotros- besó su frente- ¿Eres feliz Doblas?-.

-Ci, mucho- respondió abrazándolo aún más fuerte- tengo a mi esposo mamadísimo, un hijo precioso, una linda casa, a Aki y a Nieves, una graaannn familia y a mis amigos- besó su cuello- no puedo pedir más y es todo gracias a ti Samuel De Luque-.

-Tontito, yo también soy feliz a tu lado- sonrió. Bostezó ampliamente y se estiró en la cama- jooo, estoy agotadísimo- sentenció.

-Yo igual-.

-Buenas noches, Rubén De Luque-.

-Buenas noches, Samu- sonrió- por cierto- lo besó sorpresivamente- feliz aniversario bebé-.

-Feliz aniversario chiqui-.

Aún abrazados miraban hacia el cielo, aquel manto azul oscuro pintado con aquellas variadas estrellas; cuerpos celestes que los observaban desde antes de que el mundo fuera tal y como lo conocen.
Todavía quedaba un trecho de paz y armonía en Karmaland, aún podían disfrutar de ella... aunque nada dura para siempre.

~21/05/2022~Ela~Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ~

Dato extra:  este corto está inspirado en mi trilogía de Karmaland, para los guapis y fantasmillas que lo leyeron de seguro les resultó familiar. A los nuevos guapis y fantasmillas, están cordialmente invitados a leer la trilogía que descansa en mi perfil.

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora