8 * "Cambio de Cuerpos"

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Aquella semana fue una completa putada, una patada en los huevos, un molesto y doloroso grano en el culo, lo más molesto, agotador y exasperante que había vivido.
Se maldijo a si mismo al llevar a cabo ese experimento tan frustrante y todo por irse de bocón, juró que jamás en la vida volvería a decir nada en contra del azabache... jamás.

La semana anterior, todos se ganaron una gran reprimenda por parte del azabache, cuando haciendo de sus tonterías se cargaron gran parte de Karmaland. El molino y los cultivos habían desaparecido igual que algunos comercios cuando una estampida de creepers explotó en dicho lugar, sólo porque todos estaban experimentando que sucedería si varios creepers explotaban a la vez. Pues lo descubrieron y a la ira de Vegetta también, ni si quiera Luzu pudo interceder por ellos.
El azabache les dijo de todo, los trató de niños, de inmaduros, de estúpidos, de descuidados, de ser peores que los mobs que acechaban a Karmaland, que eran siete veces peor que las plagas que se cargaron a Egipto, que eran un dolor de cabeza constante entre muchas otras y variadas cosas.

Todos se molestaron, pero el único que explotó fue Rubén, él y su bocota. Respondió de la peor forma, Vegetta no se calló y aquello se convirtió en una discusión intensa dónde miles de palabras hirientes salieron de ellos.

-NADIE TE NOMBRÓ EL LIDER, TU SOLITO QUISISTE HACERTE CARGO DE ELLO-.

-CLARO QUE ME HICE CARGO, SI NINGUNO DE USTEDES SABE NUNCA DONDE ESTAN PARADOS-.

-JA, CUALQUIERA PODRÍA HACER TU "TRABAJO" INCLUSO MEJOR-.

-YA QUISIERA VERTE INTENTARLO, NO LO SOPORTARIAS NI UNA SEMANA-.

-CLARO QUE SI, ES MÁS SERIA MUCHO MEJOR LIDER, PORQUE NO OBLIGARIA A NADIE A HACER COSAS COMO TU-.

La discusión se extendió más hasta que Merlon intercedió, quizás una lección para ambos no estaría del todo mal. Les ofreció intercambiar sus cuerpos para llevar aquella semana a cabo, era una gran apuesta a la que Rubius accedió con seguridad, el anciano dio una poción a cada uno, luego de que aclararan los términos, cambiarían sus cuerpos y sus voces, pero seguirían pensando como siempre y viviendo en sus respectivas casas.
Con todos presentes como testigos comenzaron con aquella apuesta, esa semana sería la más estresante y la más relajante.
Lo último que Vegetta le dijo desde su cuerpo con las orejitas de oso fue un "buena suerte Doblas, la necesitarás". Rubius bufó, pero aquella frase lo acompaño a diario desde el día dos.

Había que reconstruí todo lo que se había destruido y sus compañeros ayudaban en un diez por ciento y destrozaban un noventa por ciento aún más el lugar. El único que mostraba ganas de ayudar era Luzu y por suerte podía controlar un poco a Auron, ambos se ofrecieron a trabajar en el molino y el huerto.
Los aldeanos estaban molestos y sin saber que Rubius era ahora Vegetta, iban con sus quejas a él. El híbrido de oso descubrió que los aldeanos realmente no confiaban en ellos al cien por ciento, con excepción del mismo Vegetta y Luzu.

"Lo único que hacen es juguetear y destrozar todo".

"Ellos trajeron a los creepers, que ellos lo arreglen todo".

"Cómo guerreros son buenos, pero como miembro de esta sociedad dejan mucho que desear".

"Joven Vegetta sabemos que son sus amigos y que usted los quiere mucho, pero no debería defenderlos siempre, ni interceder, es por eso que ellos son unos irresponsables que no se responsabilizan de sus actos"

Aquello le golpeó la cara como una bofetada, el azabache intercedía a diario por ellos y era a diario que las quejas llegaban.
Sus amigos seguían bobeando mientras él iba de una refacción a otra, trataba de que sus amigos trabajarán, pero no ponían nunca de su parte.

El griterío de Luzu llegó hasta sus oídos cuando Willy y Fargan volaron "accidentalmente" el molino otra vez. Rubén los reprendió.
Los aldeanos buscaban de su ayuda y fue en un momento que la vida le dio otra bofetada. Un hombre anciano y su mujer, quienes eran los dueños de una tienda de plantas rieron a carcajadas cuando Rubius les dijo "le diré a Rubius que los ayude" dijo señalando a Vegetta en su cuerpo que estaba pescando un poco cerca de la aldea.

"Perdona Vegetta, sabemos que le tienes cariño, pero ¿Rubius? ¿De verdad? Su irresponsabilidad solo haría más destrozó a nuestra tienda, sino puedes ayudarnos preferimos hacerlo solos".

Eso había dolido, pero entendía un poco más al azabache. Para el quinto día incluso Merlon lo apuro un poco, diciéndole que ya había transcurrido casi la semana y el poblado seguía en ruinas.
No había forma de convencer a sus amigos por la buenas y terminó gritando, momento en el que lo escucharon y se pusieron a trabajar en ello, no sin antes decirle que se le estaban pegando las actitudes de Vegetta.
Joder que lo sabía, pero si tan sólo ellos aportarán un poco más de trabajo hubiese terminando los arreglos en nada.
Le había pedido a Vegetta que hiciera alguna cosas, que terminó por dejar a medias yéndose luego a su bola, haciendo cosas para su casa y disfrutando del tiempo libre que tenía ahora para él.

Sin embargo, había notado lo estricto que se ponía, cuando Rubius en su cuerpo gritaba y mandaba a los demás. Eso sin duda tampoco era bueno y sólo lo hacían quedar como el malo, el dictador que obligaba a sus amigos a hacer cosas que no les gustaba. Es que, él no pediría de su ayuda si pudiera hacerlo todo él solo, pero era algo imposible y más cuando el pueblo era tan demandante.

La tarde del sábado a un día de que el efecto de la poción acabara, vio a Rubén apoyando en un árbol tratando de buscar una salida para todo ese embrollo.

-¿Todo bien Doblas?- inquirió llamando su atención.

-No, nada está bien- murmuró sin mirarlo- ¿Cómo soportas tanto De Luque?- preguntó molesto por no poder ser igual o mejor que él.

-Venga, te ayudaré- respondió con un suspiro, ya era lección más que suficiente, el menor lo había intentado. ¿Fracaso? Si, notoriamente, pero lo había intentado.

Ese sábado solo eran Vegetta, Rubius y Luzu trabajando para reparar el poblado. Pero el domingo... el domingo Vegetta volvió a su cuerpo y el dictador que a veces era se endulzó un poco, cosa que sorprendió a sus amigos y al mismo tiempo lo hizo más intimidante, generando cierto miedo en los demás héroes.

La explosión en casa de Alexby fue el incentivo. Vegetta ya estaba bastante cansado de pedir que sus amigos se dignaran a ayudar. Así que "básicamente" secuestro las casas de todos, el que no ayudara a reconstruir los destrozos tendría que pasar la semana reconstruyendo su propio hogar. La explosión en casa de Alexby fue la prueba suficiente para que supieran que no era ninguna coña.

No les quedó más que obedecer y asegurarse de hacer muy bien sus trabajos.
Y así en menos de una semana los arreglos estuvieron terminados, Vegetta les advirtió de alguna próxima explosión, ¿quería experimentar cosas? Perfecto, pero lejos de la aldea.

-Joder, perdón Vege- dijo Rubius dejando caer su cabeza en el hombro del azabache, ambos se habían juntado para pescar un poco en el lago debajo de la casa de Rubius- realmente no es nada sencillo llevar las riendas y si tú no lo hicieras, seguro nadie más lo haría-.

-¿Has visto que no es sencillo?- preguntó con autosuficiencia mientras el contrario asentía con la cabeza- igual, debo admitir también que a veces me comporto como un tirano- suspiró resignado- intentaré controlarme un poco-.

Rubius sonrió- entonces yo intentaré ayudarte más y con más eficiencia, lo prometo-.

Nunca es sencillo ponerse en los zapatos de otra persona, pero al mismo tiempo es la única forma de entender un poco a dicha persona. Era una rara lección que había aprendido, fue una semana de mierda... pero Rubius sacó provecho.

-Por cierto, tienes una polla enorme- dijo el castaño riendo.

-Que cerdo eres- bufó- no quiero ni pensar lo que has hecho con mi cuerpo, marrano-.

Rubius sólo lo miró mientras su sonrisa se pronunciaba- Uis-.

-Que es tontito- murmuró escuchando la carcajada del contrario.


~08/05/2022~Ela~Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ~

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora