# h a l l o w e e n

692 88 204
                                    

Dedicado a: ↷✦ . @saralightwoodbane Sky_Cat_Han uwubane yolixuz KarlaaLoss Sofiapplehead1631 Las_nalgas_de_Magnus

Muchísimas gracias por comentar cada cosa que se les ocurría en el capítulo anterior, me hicieron demasiado feliz. Aquí está un detalle para ustedes, espero y les guste. No olviden que les quiero un mundo.
⊂('・◡・⊂ )∘˚˳°

Justo cuando el reloj marcó el comienzo de un nuevo día, el concepto de espacio personal, desapareció en el vocabulario de ambos jóvenes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Justo cuando el reloj marcó el comienzo de un nuevo día, el concepto de espacio personal, desapareció en el vocabulario de ambos jóvenes. Una de la mañana. Sus cuerpos chocaban entre sí, golpeando sin poderío pero añorando el mando. Demasiado cerca que llegaba a ser asfixiante; más también generaba cosquilleo y un sinfín de sentimientos.

Sin distancia que se interpusiera, solo eran ellos dos compartiendo el mismo aire. Cómodos y absortos en el calor del momento. Magnus estaba ido, complacido con tan poco, y es que de solo mirar ese torso desnudo frente a él, era suficiente para sentir sus piernas como gelatina. Desatando su ser.

Jadeos salían de sus bocas sin pudor alguno, siendo apaciguados por la oscilación de la música y bulla de los demás. Podían asegurar que algo entretenido sucedía allá abajo con sus amigos, pero su necesidad por tocar y ser tocado incrementaba con el pasar de los segundos.

Deseosos. Desesperados. Insaciables. Pero sobre todo, llenos de amor. Acariciando con respeto y buscando consentimiento en cada movimiento.

Encantadores olores inundaban la habitación, opacando la humedad que se percibía al principio. Todos éstos saliendo de sus cuerpos.

El mayor inmediatamente reconoció esa colonia varonil y dulce que el primer abrazo con el pelinegro, le brindó. Un aroma penetrante, que al inhalar hondo se podría saborear en el paladar. Efluvio de mandarina madura con un regusto agrio, pero emisión azucarada.

Olor bastante común en bálsamos y cremas, que el muchacho de ojos azules, se apropió. Magnus olfateó con avidez, apreciando la emanación melosa, cayendo en cuenta que de ahora en adelante no podrá ver una mandarina sin pensar en el menor.

Que mordaz el humor del destino. Iban a compartir un código que depuraba amor, sin saberlo.

De igual forma, Alexander inhaló profundo, embriagándose con la agradable fragancia que él moreno desprendía. Sándalo y una mezcla de esencias naturales abundaban en dominio. Cada aroma mucho más placentero que cualquier sedante.

-Hueles delicioso.. -reconoció en voz baja, dando una suave lamida en el cuello ajeno, provocando que Magnus diera un respingo, sonrió satisfecho por la reacción -, como estar en un bosque frondoso, rodeado de árboles con un exceso de yerbas que curan.

why ¡! malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora