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-... no podemos obligarlo, así que deberíamos entender y esperar a que las cosas estén más tranquilas -señaló Simón, quitándole la envoltura a su comida.

Jordán, Sebastián, Alec y Simón, se encontraban en los comedores, almorzando todos juntos. Sus clases habían casi concluido así que quedaron en pasar un momento tranquilo y hablar de lo que había pasado en los baños hace horas antes. Ya estaban en la hora del receso programado.

-Estoy de acuerdo. Démosle su espacio, él sabrá cuando haya sido suficiente -apoyo Alec.

-Aún creo que está exagerando -dice Jordán.

-Este exagerando o no, debemos respetar que en este momento no quiera ser nuestro amigo. Aún no entiendo qué fue lo que hicieron para provocar esto, porque no es secreto que claramente es su culpa.

-Alec, ya te dijimos que estábamos bromeando -repite Sebastián -. Nada demasiado fuerte paso, te lo aseguro. Le contamos unas cosas que no sabía y minutos después ya estábamos bloqueados.

-Con mentiras baratas a otra persona. No les creo. James es la persona que más ama las bromas, se la pasa haciéndolas.

-Si, pero es un llorón y no soporta que uno las haga -añade Jordán.

-Yo sigo deprimido. Mi mejor amigo me bloqueó todo por su jodida culpa -reclama Sebastián -. Intenté hablar con él, pero no respondió ninguna de mis llamadas. Hasta le quise decir que con tal de que volviera a amar, les dejaba de hablar a ustedes.

-Gracias por la honestidad -dijo Simón.

-No se lo tomen personal, yo los quiero a todos, pero como se ha visto desde un principio cada uno tiene a su mejor amigo en el grupo. Jace y Alec. Tú y Jordán y lo que éramos James y yo.

-Tranquilo, solo espera unos días..

-Lo haré, pero..

-¡Hola, bebés! -interrumpió Catarina, acercándose a la mesa de los de primer año. Venía acompañada de Raphael -¿Cómo va su día? Lamento llegar de la nada solo que mañana es Halloween y como cada año, haré una reunión en mi casa. Será algo tranquilo y aunque sé que no nos conocemos del todo, me gustaría verlos a todos ahí -entregó una invitación a cada uno.

-¿Eres como la chica popular que hace reuniones a las cuales todos desean asistir más pocos son los privilegiados? -preguntó Jordán, guardando la invitación en su mochila.

Ella sonrió.-No para nada, eso sólo sucede en las películas -respondió con un ligero tono de burla -. Nadie es popular aquí. Cada quien está concentrado en sus asuntos, a nadie le importan esas cosas.

-¿Entonces, cuántas personas irán?

-Bueno, eso no sé cómo responder. Siempre intento que sea una reunión tranquila de máximo 30 personas, más conforme avanza la noche, mi casa se llena de 400 extraños.

why ¡! malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora