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Magnus llegó a casa tambaleandose exactamente a las 5:00 de la mañana, acompañado de sus dos escandalosos amigos, quienes discutían y se quejaban arduamente del moreno y sus repentinas muestras de amor

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Magnus llegó a casa tambaleandose exactamente a las 5:00 de la mañana, acompañado de sus dos escandalosos amigos, quienes discutían y se quejaban arduamente del moreno y sus repentinas muestras de amor.

-Ustedes son mi adoración -repetía él más bajo, una y otra vez, dejando pequeños besos en las mejillas de sus amigos, completamente ebrio.

Tessa grababa con su celular toda la situación, riendo a carcajadas, entretanto, Ragnor se limpiaba y mostraba su descorformidad con expresiones de asco, mientras Raphael se dejaba besar, disfrutando, solo un poco y sin mencionarlo: lo suave que era Magnus.

Cuando estuvieron en la puerta de la casa de los Bane, los más concientes se miraron confusos. -¿Qué demonios vamos a decir? -preguntó Raphael con un Magnus en sus brazos cantando una desconocida canción.

-¿Qué les parece sí solo tocamos el timbre y lo dejamos aquí en el suelo? -propuso él peli-verde.

-No podemos hacer eso, yo me quedaré a dormir con él -respondío Tessa.

-Magnus -Raphael llamó. -¿Dónde están tus llaves?

-... Día aburrido en mi cuarto. Mirando el reloj. El tiempo pasa lento. Ya no sé ni quien soy. Ya no creo en mi suerte. Ya no creo en tí... -Magnus empezó a cantar, ignorando a sus amigos. -Quiero mi vida cambiar.
Quiero mi vida cambiar.

Ragnor busco en los bolsillos del moreno desesperado, encontrando sus llaves, teléfono y cartera. Tomo la cartera, antes que cualquier otra cosa. -Decomisare 500 pesos. Me los merezco -dijo, sacando el billete y guardandolo en su sudadera.

Raphael sonrió. -Que casualidad. Magnus también decomiso esa cantidad de tu cartera hace una hora.

-¿Qué y porqué no me dijiste?

-Prometio comprarme algo... -se excusó.

-¿Sabes? Estaba considerando entrar de infragnte a su casa y dejarlo descansar por lo menos una hora antes de entrar a clase. Ahora voy tocar.

Se acercó a la puerta, tocó dos veces seguidas y espero, pasaron aproximadamente cinco minutos hasta que la puerta fue abierta dejando ver a un malhumorado Jace.

-¿Qué quieren? -preguntó, rascando sus ojos, intentando adaptarse al pequeño destello de luminosidad que el sol empezaba a dar.

-Aquí dejamos a tu irresponsable hermano -respondió Ragnor, jalando del brazo a Magnus, adentrandolo a la casa.

-Como la flor. Cómo la flor. Con tanto amor. Con tanto amor. Me diste tú, se marchito -seguía cantando, moviendo lentamente su cuerpo, al ritmo de la melodía en su cabeza.

-Por el ángel. ¿Qué le hicieron a gatito?

-Le gritamos: ¡shot, shot, shot! -se encogió de hombros. -Las cosas se descontrolaron un poco, pero está bien. Llévalo al baño y déjalo bajo el agua fría. Prometo que estará mejor en cuestión de minutos. Nosotros... -señalo a Raphael y así mismo. -Nos vamos, te dejamos a la adorable Tessa, ¿de acuerdo?

why ¡! malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora