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-¡Tú en verdad cocinas delicioso! -halago Alec, con una enorme sonrisa que llegaba hasta sus ojos

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-¡Tú en verdad cocinas delicioso! -halago Alec, con una enorme sonrisa que llegaba hasta sus ojos.

-¿Te gusta?

-¡Por supuesto, sabe delicioso!

Magnus sonrió complacido. -Me alegro, porque lo preparé especialmente para tí: me estás ayudando, así que es lo mínimo que puedo hacer.

Alexander se sonrojo, más oculto el gesto, llenando su boca de comida y concentrándose en eso sin decir nada más.

Así pasaron los minutos, hasta que terminaron de comer. El menor siguió con el dibujo, observando cada tanto a su acompañante para no fallar en los detalles, mientras que éste, completaba una encuesta que su profesor dejó en clase.

Cada uno se encontraba enfocado en lo que estaba haciendo, intentando ignorar lo que sucedía a su alrededor, más aún había tensión en el aire y la podían sentir, sin saber muy bien el porqué.

Los nervios aún habitan en ambos cuerpos, por lo sucedido anteriormente. Solo fue un toque, delicado y suave, que ocultaba mucho más que su intención principal; querer liberación en aquel rosado y grueso labio que era cruelmente torturado por su dueño.

Magnus podía jurar que aún sentía el cosquilleo. Y Alexander solo quería regresar el tiempo para evitar darse tal atrevimiento.

Cuando Magnus término su encuesta, miro el reloj que adornaba su mano izquierda, percatándose de que aún quedaban 15 minutos para que la hora de almuerzo finalizará, decidió empezar una conversación para terminar con el momento incómodo y poder irse sin esa sensación de que hicieron algo mal.

-¿Sigues a Ana Bárbara en alguna de sus redes sociales? - preguntó, frunciendo el ceño al escucharse. ¿De verdad había preguntado esa tontería? Se maldijo.

-No conozco a ninguna Ana Bárbara. -respondió Alec, sin mirarlo.

-Bueno, es una cantante, hace vídeos junto a su hijo, a veces son graciosos.

Y por primera vez en su vida de 23 años, no supo que más decir, las palabras se atoraron en su garganta y su mente quedó en blanco. Se encogió en su lugar, incapaz de creerlo.

A Magnus le gusta la atención, los halagos e involucrarse en todo, es una persona extrovertida, que nunca se calla o le falta tema de conversión, por eso, no comprende qué demonios pasa con él, más tampoco está dispuesto a indagar, no ahora, solo espera que Alec no malinterprete su acción y crea erróneamente que se siente incómodo a su lado, porqué sabe que no es el caso, solamente se quedó sin palabras por más estúpido que suene y no sabe porqué.

-Terminé - anunció Alexander, después de unos segundos.

-¡Espera aún no me lo enseñes! -Magnus saco su teléfono. -Quiero grabar mi reacción. -entró a la cámara y dejó el teléfono recargado en la pared, apuntando hacia donde ellos estaban sentados. -Bien, estoy preparado.

why ¡! malec auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora