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Capítulo tres.

Miel Ortiz.

Cuando llego a casa dejo mi bici estacionada adelante, luego entro y camino hacia el sofá que está a un lado de la ventana y dejo mi mochila, después me espero a que la alarma suene y voy a la cocina a preparar la cena.

Mientras saco todo del refrigerador mi madre me llama y le contesto.

- Hola mi amor. – me dice. - ¿Ya llegaste?

- Sí mamá, ya estoy en casa preparando la cena. – dije pelando los tomates. – Voy a hacer tallarines con salsa roja.

- De acuerdo, pero hay un problema hija. – deje de pelar los tomates al escuchar eso, una preocupación me invade el cuerpo. – Yo entrare a reunión y tu padre no llegara hasta mañana, no podremos cenar juntos, hija.

- De acuerdo. – dije aliviada. – Pensé que era un poco más grabe, les voy a dejar la comida en potes.

- Lo siento, ya son dos días en donde no podemos cenar todos juntos.

- Mami no te preocupes, no hay problema. Puedo llamar a Sarah y como con ella en video llamada, así que no hay problema.

- De acuerdo mi amor, me tengo que ir.

- Sí, chao te quiero.

- Igual te quiero. – y cuelgo.

Sigo cocinando y en cuanto termino subo a mi habitación con un plato en la mano, lo dejo en mi escritorio y luego bajo de nuevo para buscar un vaso con agua. Me siento en la silla de mi escritorio y con mi laptop comienzo a ver lo del proyecto de historia, no es mi materia favorita pero me gusta. Me pongo mis lentes de descanso y sigo viendo lo que tengo que hacer con Luka.

Una llamada por faceTime me interrumpe, contesto y es Sarah. Ella esta recostada en su cama, está sonriendo.

- Hola. – dije cerrando la pantalla y viendo lo del trabajo.

- ¿Qué es lo que haces?

- Estoy con un proyecto de historia.

- Que aburrido.

- Sí bueno... pero equivale la mitad de la materia.

- ¿Te lo mando la profesora Sonia?

- Sí. – dije mientras anoto en mi libreta.

- Esa profesora             siempre manda trabajos muy difíciles.

- Ya lo sé... y lo peor de todo es que me toco hacerlo con Luka, el chico nuevo y desorganizado.

- El destino. – ella se ríe. – Tal vez podrían salir con él.

- No, no es mi tipo además terminamos este trabajo y adiós. – dije organizándome para mañana. – Nena te tengo que dejar, tengo que hacer algo ahora. Hablamos luego.

- De acuerdo, hablamos luego. – me lanza un beso y corta.

Busco en mi libreta el número de Lukas y agrego el contacto en mi celular: Luka el desorganizado.

Yo: Hola soy Miel, quería que nos pusiéramos de acuerdo.

Luka el desorganizado: Hola... ahora no puedo, te escribo luego.

Yo: Okey.

¿Qué tanto tiene que hacer? No me lo imaginaba como un chico muy ocupado.

*****

Al día siguiente me despierto a la misma hora que siempre, me paro de la cama, me voy a duchar y me pongo mi reloj. Espero a que suene la siguiente alarma para ir a hacer el desayuno. Cuando termino de hacer todo tomo mis cosas y salgo de la casa.

Lágrimas de miel. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora