Capítulo catorce.
Lukas Smith.
Mientas esperamos a que para la lluvia para que me pueda ir a mi casa jugamos a las cartas un rato, ella está en frente de mí y estamos en la cocina, veo la hora en mi celular y son las diez de la noche, me pregunto a qué hora llegaran sus padre.
- Ya tengo un trio de káiser. – dice mostrando sus cartas.
- Yo tengo un trio de quinas. – mostré los míos.
- ¿Sabes que te voy a ganar? – me dice con una sonrisa mientras bebe su chocolate caliente, y es como la quinta tasa que se toma.
- Dudo que pase eso princesa, porque sé que tu siguiente trio es un A. – su sonrisa se desvanece.
- No.
- Tomaste solo los A y los káiseres cuando se te dio la oportunidad.
- Hijo...
- No lo digas mal educada. – le dije con una sonrisa.
Después de un rato jugando termine ganando.
- Ya no quiero jugar más. – dijo enojada y reí. – No te burles. – me dice tirándome las cartas en la cara.
- Vamos... - dije riendo. – Que mala perdedora.
- No soy mala perdedora. – ella me mira molesta. – Solo... hiciste trampa.
- ¿Trampa? ¿Por qué haría trampa? Eso no hace falta ya que eres malísima jugando.
- No soy mala, me enseño la mejor de todos...
- ¿Quién?
- Mi abuela. – dijo mirándome a los ojos, amo sus ojos. – Ella me enseñó a jugar. – se cruzó de brazos.
- Pues te enseño a jugar con trampa. – ella me miro indignada.
- ¿Trampa? Yo no soy tramposa. – ella no sabía.
- Tu abuela te enseño un juego con trampa, y aun así perdiste... eres mala.
- Yo... - toma su celular y llama a un número. - ¿Me enseñaste a jugar con trampa? - ¿broma que llamo a su abuela? – Pero... - dice aguantando la risa. – Bien adiós, te quiero. – y corta.
- ¿De verdad?
- Me disculpo por jugar con trampa, yo no soy tramposa.
- Princesa, no hace falta que seas tan formal. – dije riéndome. – Pero no me lances las cartas de nuevo.
- De todos modos ya no quiero jugar más. – cuando estoy a punto de responderle mi celular suena, veo quien es. – Responde. – dice Miel viendo el nombre de mi mamá.
Contesto el celular alejándome un poco de Miel, se perfectamente que me gritara para preguntarme en donde estoy.
- Hola mamá. – dije mordiéndome el labio inferior.
- ¿Dónde demonios estas? – me pregunta molesta.
- Estoy con Miel. – dije mirándola, ella esta con su celular en este momento. - ¿Por?
- ¿Cómo que con Miel? – esta confundida. - ¿No estás en ninguna fiesta?
- No.
- Pásamela.
- ¿En serio desconfías de mí?
- Sí Lukas, desconfió de ti y me has dado validas razones para desconfiar. – no dije nada y se la pase.
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Lágrimas de miel. #1
RomanceUna chica obsesiva con el orden y el control. Un chico despreocupado, sedordenado y drogadicto. Dos polos opuestos que en el fondo encajan a la perfección. (La historia contunua en Sonrisas de miel)