Capítulo dieciocho.
Lukas Smith.
A la hora del almuerzo junto con Miel nos sentamos con Sarah y Henry que están besuqueándose, al principio no notaron nuestra presencia, nos miramos un poco incomodos y Miel se aclara la garganta.
- Hola... - dice Sarah con una sonrisa. – Pensé que almorzaría en la azotea como siempre.
Desde que Miel vio a la profesora Carol con Oscar no hemos querido almorzar ahí arriba, más que nada porque ahora sabemos que cualquiera se acuesta ahí y no está bueno que comamos en ese lugar.
- Quería pedirles un favor... pero no quiero que pregunte porque. – dice Miel.
- Necesitamos un auto...
- ¿Para qué? – pregunta Henry. - ¿Robaran un banco?
- Bueno... - Miel me miro. – No tan así, pero necesito que movamos unas cosas de mi casa, hasta la casa de Luka.
- ¿Se mudaran juntos? ¿O cómo?
- No... no nos vamos a mudar juntos. – les dice Miel.
- O por lo menos no todavía. – dije mirándola y ella me mira divertida.
- Como sea, necesito que trasportemos mis cosas de arte, a la casa de Luka, es todo.
- Ah... - dice Sarah mirando a Miel con curiosidad. - ¿Volverás a pintar?
- Lo estoy intentando, pero no puedo pintar en mi casa, ya sabes cómo son mis papás.
- Ahí es donde entro yo, le presto mi casa para que pueda pintar libremente.
- Que buen amigo... - dice Henry. – Bueno... no me molesta ayudarlos.
- Gracias. – le dice Miel tomándole la mano.
Miel me sonríe emocionada. Me gusta verla así, se nota que esta ilusionada con esto de pintar de nuevo, está más que claro que volver a pintar le hace feliz.
- Bueno... - Miel ve su reloj. – Me tengo que ir se quiero legar temprano a clases.
- Nos vemos... - le dice Sarah y Henry. - ¿Lo hacemos esta tarde no?
- Sí... vamos Luka, llegaremos tarde. – me toma de la mano y me jala.
- Nos vemos luego. – dije siguiéndola.
*****
Junto con Miel, Sarah y Henry sacamos de nuevo las cosas del ático, y las dejamos en el auto de Henry, luego me subo con Miel en los asientos de atrás, ella apoya la cabeza en mi hombro y me acomodo a si lado.
- ¿Desde cuándo qué quieres pintar de nuevo? – le pregunta Sarah a Miel.
- Desde que Luka me convenció.
- Lukas culpable. – dice Henry.
- Aquí soy culpable. – dije y reímos.
- ¿Le dirás a tus padres sobre la academia de arte? – le pregunto Sarah.
- ¿Qué academia de arte?
- Ninguna. – dice Miel. – Ninguna academia de arte.
- ¿Cómo que ninguna? – Sarah se da la vuelta y la mira. – Miel hace unos años comenzó a ver una academia de arte, pero nunca le ha dicho nada a sus madres.
- Conoces a mis padres... sabes que no les gusta la idea de que pinte.
- Yo creo que es tu decisión. – le dije.
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Lágrimas de miel. #1
RomanceUna chica obsesiva con el orden y el control. Un chico despreocupado, sedordenado y drogadicto. Dos polos opuestos que en el fondo encajan a la perfección. (La historia contunua en Sonrisas de miel)