Capítulo siete.
Miel Ortiz.
Cuando salimos de clases la madre de Lukas vino por él, yo me fui a mi casa con Sarah en el auto de su novio, Henry.
- ¿Entonces te gusta? – me pregunta Sarah.
- No me gusta Lukas, somos completamente diferentes. Además él tiene novia.
- Es una lástima.
- Sí, ya lo sé... - suspiro.
- ¡JA! Sabía que te gustaba. – me dice Sarah.
- No espera, tú me engañaste.
- ¿Cómo te engaño? – pregunta Henry riéndose.
- No me gusta Lukas, nunca me va a gustar, somos completamente diferentes.
- ¿Y que tiene? Desde que hablas con él estas mucho más relajada.
- ¿Relajada? – pregunte con sarcasmo. – Yo soy la reina de la relajación.
- Por favor Miel, no me hagas reír. – dice mi amiga burlándose. – Si eres la reina de la relajación ven este fin de semana a una fiesta en casa de Henry.
- No. – dije de golpe.
- ¿Por qué no?
- Porque no me gustan las fiestas.
- Eso no suena a la reina de la relajación. – me dice Henry.
- No... de acuerdo iré, pero si puedo invitar a Lukas.
- Mmm... - dicen ambos justo en el momento que llegamos a mi casa.
- No molestan pesados. – dije saliendo del auto. – Gracias por traerme.
- De acuerdo, Nena.
- Recuerda que la fiesta es el sábado en la noche, reina de la relajación. – dice Henry.
- Sí, adiós.
Camino hacia mi casa, cuando entro subo a mi cuarto y saco mis cosas, luego bajo de nuevo y dejo mi mochila en el sofá que está a un lado de la ventana. Luego me siento en el sofá que está a un lado y me pongo los audífonos, escucho música y me pongo a leer un libro.
Recibo una llamada de mi madre.
- Hola mamá. – dije mientras pongo el marca páginas en el libro.
- Hola mi amor, ¿qué haces?
- Estoy leyendo un libro.
- Te quería avisar que no podremos ir a cenar hoy, lo siento mucho, hija.
- No importa, la madre de Lukas me invito a cenar esta mañana, dice que le caigo bien.
- ¿Cómo no caerle bien si eres la niña más buena que conozco?
- Mamá...
- Digo la verdad.
- Oye mamá, quiero pedirte permiso para ir a una fiesta el sábado en la noche.
- ¿Una fiesta?
- Sí, llegare temprano... no beberé nada lo prometo, pero ¿me dejar ir?
- Hija, tranquila. Claro que te doy permiso, solo me sorprendió, tú no suele ir a fiestas.
- Sí ya lo sé, pero Sarah me invito.
- De acuerdo, claro que puedes ir.
- Gracias mamá.
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Lágrimas de miel. #1
RomanceUna chica obsesiva con el orden y el control. Un chico despreocupado, sedordenado y drogadicto. Dos polos opuestos que en el fondo encajan a la perfección. (La historia contunua en Sonrisas de miel)