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Capítulo cuatro.

Lukas Smith.

Mientras vamos por la calle puedo sentir como su corazón late muy fuerte, su respiración esta agitada. Está nerviosa. Por esa misma razón conduzco con cuidado y despacio, como se nota que nuca ha subido a una moto.

Cuando llegamos a su casa ella se baja y me sonríe, tiene una linda sonrisa.

- Gracias. – me dice con la misma sonrisa. – De verdad te lo agradezco, y de hecho llegue antes de lo que hubiera llegado con mi bici. – dice mirando su reloj.

- Lo de tu bici. – dije apagando la moto. - ¿Ellas?

- No... no es nada.

- ¿Segura? Deberías acusarlas con la directora, está claro que ella...

- Luka, de verdad. – mira hacia otro lado y siento una extraña sensación. – Gracias por traerme... y con lo del trabajo, podríamos hacerlo mañana.

- Bueno. – enciendo mi moto.

- Espera. – dice corriendo adentro de su casa. Cuando sale de nuevo viene con un casco azul, tiene una carita feliz atrás. – Ponte este. – se acerca a mí y me pone el casco, me lo ajusta y me mira con esos ojos brillante. – Listo.

- No me gusta usar un casco.

- No me importa que no te guste, es importante que lo uses por tu seguridad. Se responsable mientras conduces.

- Miel...

- Luka, tienes que usarlo. – ella me mira seria y desalienta, su mirada me encanta, se ve tan tierna.

- De acuerdo, princesa.

- No me llames así.

- Dejare de hacerlo cuando tú me llames por mi nombre. – pone los ojos en blanco.

- Nos vemos mañana, te voy a enviar la materia para que avances un poco, yo haré lo mismo.

- A sus órdenes princesa. – me saca la lengua y se ve aún más tienda de lo normal.

- Adiós.

- Chao.

Arranco la moto y conduzco hacia mi casa cuando llego,  junto en ese momento recibo un mensaje de Miel, la tengo registrada como: Princesa de la perfección.

Princesa de la perfección: Te envió todo lo que tenemos que hacer y elige un tema, anotas un poco y lo terminamos mañana.

Yo: De acuerdo.

Princesa de la perfección: Tienes que avanzar para poder terminar rápido.

Yo: De acuerdo.

Princesa de la perfección: ¿Puedes dejar de decirme de acuerdo?

Yo: Lo siento, pero lo hare.

Princesa de la perfección: Bueno, te hablo luego.

Dejo el celular en la mesa junto con el casco que ella me presto, no puedo evitar reír por la carita feliz que está pegada atrás del casco. Mi celular suena, lo tomo y contesto rápido.

- De verdad que eres una intensa, ¿o es que no puedes vivir sin escucharme?

- ¿Qué? – la voz de Oli me devuelve a la realidad.

- Mierda. – dije poniéndola en alta voz. – No, nada.

- Bueno como sea, hay una fiesta muy cerca de donde vives, ven con nosotros.

Lágrimas de miel. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora