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Capítulo veintiuno.

Miel Ortiz.

Estoy recostada en mi cama mientras la música de Katy Perry suena desde mi laptop, estoy mirando el tatuaje, de verdad que no me puedo creer que hice algo como eso, es decir... nunca hago estas cosas. Y se siente tan bien hacerlo, ser espontanea por lo menos una vez en la vida es genial.

Y el beso, bese a Lukas y no hemos vuelto a hacer del tema, es decir... ¿por qué mierda lo bese? Espera, fue por culpa de la marihuana, eso fue... porque yo no lo habría hecho, además tiene novia ¿por qué razón no me alejo? ¿Por qué me acepto el beso?

Eso no está bien.

Me siento de golpe pensando que Lukas está siendo engañado por Olivia, ¿y si ella se mete con cualquiera? Tomo mi celular y llamo a Sarah.

- ¿Sí? – me pregunta y mientras veo el Instagram de Olivia.

- ¿Quieres ir a una fiesta? – pregunte viendo la dirección de la fiesta en la que esta Oliva, amo que ella publique todo lo que hace.

- ¿Qué? – me pregunta. - ¿Una fiesta? ¿Tu? ¿Un marte?

- Sí... es por Olivia, está en una fiesta, y de verdad quiero saber si oculta algo. Yo no quiero que le haga daño a Lukas.

- Pero tus padres no te van a dejar...

- No tiene por qué saberlo.

- Pero...

- Yo les voy a decir que pasare la noche en tu casa, tipo pijamada de chicas. Tú le dirás a tus padres que la pasaras en mi casa, y listo.

- Bueno... - suspira. – Lo que haces por Lukas.

- Es mi mejor amigo.

- Obvio que solo lo haces por eso. – sonó irónica.

- ¿Qué quieres decir?

- Que es obvio que te gusta.

- No me gusta... es mi amigo.

- ¿Y? Te mueres por él, y Lukas se muere por ti. Ambos se gustan y no se dan cuanta, ¿están ciegos acaso?

- No... ya basta, solo nos queremos como amigos, es todo. – dije va terminando la llamada. – Nos vemos en una hora en la dirección que te voy a mandar.

- Bien.

Cuando le corto saco un vestido rosado que llega un poco más arriba de las rodillas, me lo pongo y luego me pongo un buzo y una sudadera, me veo en mi espejo y me veo bien, es decir... mis padres se van a creer que ira a donde Sarah. Luego me hecho un poco de sombra rosado pastel y me pinto los labios con brillo. Cuando estoy lista tomo una mochila en donde solo llevo mi cargador y mis audífonos, veo la hora en mi reloj y son las nueve de la noche.

Me pongo las zapatillas y salgo de mi cuarto, voy al cuarto de mis padres y los veo preparándose para dormir.

- ¿Qué pasa? – me pregunta mi papá.

- Iré a la casa de Sarah, aremos una pijamada.

- ¿Qué? No, ¿sabes qué hora es? – dice mi madre.

- Sí... las nueve de la noche.

- Exacto, no es una hora prudente para que salgas a la calle. – se niega mi mamá.

- La casa de Sarah está a unas cuadras es todo.

- María por favor, solo dejara ir. – dice mi padre. – No le pasara nada, está a unas calles la casa de Sarah. Miel estará bien.

Lágrimas de miel. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora