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Capítulo cuarenta.

Miel Ortiz.

Despierto por Lukas, me siento en la cama con un dolor muy fuerte de cabeza. Dios me duele demasiado.

- ¿Cómo te sientes? – veo como se sienta en la cama y lo veo.

- Como si me hubiera arrollado dos camiones conducidos por niños.

- ¿Tan mal? – se ríe.

- Sí... - me recuesto en la cama de nuevo. – Me quiero matar ¿qué paso?

- Bueno... ¿qué es lo que te acuerdas tú?

- Brindamos... me acuerdo de Kevin, bailamos... y luego es borroso. – se ríe. - ¿Qué?

- Te vas a querer morir cuando te cuente.

- ¿Qué paso? – me senté de golpe, grabe error, sentí como la cabeza me palpitaba.

- Primero toma esto. – me da una pastilla. – Lo que paso fue que hiciste un brindis... y bueno... no estuvo mal... - se encoje de hombros.

- ¿Qué tanto dije?

- Velo por ti misma. – prense su celular y abre un video que le mando Sarah, abajo hay un texto que dice: Ella nos matara.

Me veo a mí con una copa de vino.

- Su atención por favor. – dije mientras me senté en una silla. – Bueno primer que todo, hola y espero que se la estén pasando muy bien, graben esto por favor. – sé que en este momento todo ira mal. – Segundo, quiero hacer un brindis por los novios, que aquí están. Sabrina, eres una persona increíble, y me caes muy bien. Abecés deseo que mi mamá fuera un poco más como tú, de verdad. – no me creo haber dicho eso, ¿cómo se me acurre? – Además hiciste a Lukas, una persona increíble que amo con todo mi corazón, yo... nunca me había enamorado antes y con él paso, además que es muy bueno en la cama, demasiado diría yo, pero eso no importa ahora. – ¡NO DIJE ESO! ¡NO ERA YO!

- Apágalo. – dije tapándome la cara. – No quiero verlo.

- Oye no estuvo tan mal. – se acerca y me hace cariño en la espalda. – Pudiste haber chico cosas peores.

- ¿Qué es más peor que decirle a la madre de mi novio que su hijo es muy bueno en la cama?

- Como decir que no lo soy...

- Lukas. – dije. – Hablo en serio.

- Bueno... bueno, ¿quieres comer algo?

- Sí, por favor. Me muero de hambre. – veo como me pasa una taza de café y un plato con unas tostada con palta. – Gracias. – dije con ganas de llorar. – No me creo lo que dije...

- No es tanto, se van a olvidar.

- Pero yo no... - dije comiendo.

- Mira, yo una vez me lance de un puente mientras estaba borracho, abajo había agua... obviamente.

- ¿De verdad?

- Y en otra ocasión dije que odiaba a la directora de i antiguo colegio, un video que se filtró y me expulsaron.

- Hiciste cosas peores.

- A todos nos toca. – me besa en la cabeza.

- Hoy es la boda... - dije acordadme. – En la tarde, en la playa... dios... - me lamento. – Lukas tienes que alejarme del alcohol esta noche, por favor te lo pido.

- De acuerdo, solo te daré juguito de naranja. – me besa en los labios.

- Siento que sigo ebria.

Lágrimas de miel. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora