Al otro Lado del Espejo [Terminada]

XXIII: Reencuentro

De ante mano, Gracias por leer
 

Aℓ  σтяσ ℓα∂σ ∂єℓ єѕρєנσ

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Ante los ojos de sus amigos, ella parecía seguir con su vida normal. Realizaba su patrullaje, salía de vez en cuando, compartía con su familia y amigos. Todo seguía sin ninguna novedad…o eso aparentaba. En su mente resuena el nombre de aquel desconocido, haciéndole preguntarse ¿Por qué no es capaz de olvidarlo?, ¿realmente es un desconocido como ella piensa?.

Buscó entre sus contactos, sus álbumes  de fotos con el fin de encontrar a ese alguien que le describían sus dos amigos rizados, pero en ellos no encontró nada. Sin embargo sentía una extraña sensación en su pecho siempre que recorría ciertos lugares. Uno de esos sitios era su propia casa.

En varias ocasiones se quedaba parada en medio de su sala, mirando a todos lados, buscando a alguien. Sentía que había un vacío en aquel lugar, que había demasiado silencio, mas del que solía recordar. Pasaba lo mismo cuando caminaba por ciertas calles, cuando pasaba frente a la biblioteca, recordaba todo lo vivido en esos sitios, pero en sus recuerdos había un espacio vacío. Alguien falta en ellos…alguien que juró no olvidar.

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Esa tarde quiso tomar un largo y relajante baño de burbujas, quizá eso podría ayudarle a despejar su mente. Sin embargo al tomar la botella de jabón burbujeante notó que estaba vacía. Le pareció extraño, no es que no se bañara todos los días, sino que aquel jabón había sido un regalo de Aoyama, un recuerdo de uno de sus viajes a Francia; por lo que utilizaba ese jabón solo en ocasiones especiales, por eso le parecía extraño que se lo haya terminado tan pronto . Su baño de burbujas resultó no tener muchas burbujas como le hubiese gustado.

Luego de ducharse y vestirse, fue a la sala, encendió la televisión y comenzó a buscar algo interesante que ver. Sin embargo, pasado 15 minutos empezó a aburrirse. No había nada bueno en la televisión. Terminó por apagarlo y dando un suspiro, echó su cabeza hacia atrás, cerró sus ojos y giró levemente su rostro. Cuando abrió los ojos, su mirada se encontró con el espejo.

Se levantó del sofá y caminó hacía el espejo para luego hincarse frente a el. Vio su reflejo unos segundos y después posó una de sus manos sobre el cristal.

 Un sentimiento inundó su corazón, la necesidad de hablar, de suplicar no ser olvidada se adueño de sus palabras y  recostando su frente sobre el espejo dijo sin ser consciente:

──Por favor, no me olvides──. ¿A quien le pedía tal deseo?. ──No me olvides──.

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Katsuki mantenía sus ojos cerrados, Kuroyuki  tomaba la cabeza del joven entre sus manos dispuesta a cumplir su deseo, dispuesta a arrebatarle sus recuerdo al chico de la capa roja. Sin embargo…

“No me olvides”.

Fue tan solo un susurró, pero fue suficiente para que su mente reaccionara y abriera sus ojos de golpe, encontrándose con la filosa mirada de la pelinegra.

“No me olvides, por favor…”.

Escuchaba su voz, la dulce melodía que pretendía olvidar. 

“…Lo prometiste, ¿recuerdas?”.

A su mente vino aquella vez que fue con ella a la cueva, la madrugada en que ella debía volver le hizo una promesa.