•Capitulo 30•

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No descansé para nada, dormí profundamente hasta que empezaba a ver los rayos del sol por la ventana, y si, el sueño huyó con rapidez ayer, llevaba un buen tiempo descansando con regularidad, esto no está bien.

Nada lo está, ni siquiera puedo dormir tranquila sabiendo que mis sentimientos hacia Jimin ya no sirven de nada si... Agh, ni siquiera quiero pensarlo. 

De solo hacerlo me duele la cabeza, o es por el inmenso sueño que tengo todavía. Son las una de la tarde, sí, acabo de levantarme. Es la primera vez que me desvelo tanto, es absurdo que me haya preocupado tanto en el momento y que ahora nada me importe.

Intento encender mi celular porque lo dejé descargado anoche, pero al parecer sigue con vida.

De inmediato, vi reflejada en la pantalla mensajes de Jimin desde temprano, lo que antes me sacaba una sonrisa solo me molesta ahora.

De igual modo los abrí.

Jiminnie💗

''Espero que la linda señorita siga extrañándome ;)''

''Debes seguir dormida, disfruta tu descanso mientras dure, 
porque cuando vuelva a verte te comeré a besos''

''Te quiero, linda''

Inconscientemente las lágrimas se acumularon en mis ojos, pero paso mi antebrazo sobre mis ojos cerrados para alejarlas, ¿Cómo puede hablarme con tanta naturalidad? ¿Acaso no teníamos confianza? Pues me lo dejó muy claro.

Tomo con pesadez mi cargador y conecto mi teléfono, dejando como leídos los mensajes, y silenciando los mensajes o llamadas de Jimin temporalmente, no pienso usar mi celular por ahora.

Quiero alejarme de eso, no necesito ese dispositivo aunque sea por un día.

Y es que no me molesta el hecho del beso en sí, sino de la poca comunicación que tiene como para no decirme nada al respecto, quizá no lo hubiera tomado tan mal si así pasaría, pero ya es tarde, y Park Jimin ha cometido un error conmigo si cree que ocultando lo que pase va a solucionar las cosas.

Escucho unos leves toques a mi puerta, antes de ser abierta por mi sonriente padre al verme despierta, de seguro vino a checar a cada hora por si estaba levantada, pero hasta ahora lo estoy.

Mientras él se acomoda tomando asiento junto a mí en la cama con una sonrisa, la mía parece una mueca, y aunque sonriera notaría que no estoy en mi mejor momento por así decirlo.

—Al fin despierta mi princesa —habla casi en susurros, acomodando mi cabello suelto detrás de mis orejas —¿Por qué te levantaste a esta hora? ¿Te estás desvelando de nuevo con el celular, verdad? Pensé que ya no lo hacías, te aseguro que tienes esa cara porque te duele la cabeza.

Dejo ir una risa pequeña con lo último que dijo, odia que el celular me quite el sueño y dejé ese mal hábito desde que empecé a trabajar.

—No te sientes bien, ¿Estás enferma? ¿Te duele algo acaso? —sigue preguntando con comprensión.

Me conoce tan bien, que todas esas opciones son las más acertadas para que esté en cama casi todo el día.

—Bien, puedes quedarte en cama, pero... ¿No quieres... Ir al cine?

En ese instante saca dos boletos para una película en las siguientes dos horas, si no aprovecho ésta oportunidad puede que nunca se vuelva a repetir.

El cine es un lugar que he pasado pocas veces en mi vida, e imagino que la otra ticket es para que lleve a quién yo quiera, menos a él, como siempre me dice. Sugiere eso para que disfrute con mis amigos, y no me molesta, pero a veces me gusta salir con él.

La empleada de Los Park || 𝐏.𝐉𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora