•Capitulo 4•

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Después que me vistiera con mi uniforme, tuve que recoger mi cabello en una moña y cambiar mis zapatos deportivos a unos de tela color perla, que son muy suaves de hecho. Lisa y yo nos la pasamos preguntándonos algunas cosas sobre nosotras en ese momento, edad, gustos, y un poco de la mansión para que la conociera un poco más.

Sin dudas, puedo decir que Lalisa Manoban y yo seremos buenas amigas; en cuanto la saludé fue amable, no puedo quejarme respecto de tenerla a ella como compañera.

Con el que no creo llevar un buen vínculo es con el joven Park, o quizá digo eso porque solo me dejé llevar de la primera impresión, tan seria e inexpresiva que no puedo imaginarle una sonrisa, como a su madre.

Mi Suk siempre ha subestimado mis capacidades para el trabajo, antes de hoy solo era una aprendiz de su empresa, y ahora soy su empleada doméstica, y por lo que imagino debe estar minimizando mis habilidades para cumplir con las labores que debo hacer.

-________, es hora de tu primer labor: Hacer la cena- refirió Lisa en lo que ambas salíamos del cuarto, guiándome a la cocina- pero tranquila, aquí lo hacemos todo juntas-

Me relajé al escuchar eso, no porque no supiera cocinar, sino por la opinión de los Park respecto a mis habilidades en la cocina, así que debo esforzarme más; pero Lisa me ayudará por suerte.

En casa cuando volvíamos de la empresa, papá y yo cocinábamos juntos, es nuestro tiempo preferido para charlar sobre nuestro día y divertirnos a la vez; imagino que así era Lisa con su mamá cuando ambas trabajaban aquí.

Empezamos lavando algunas verduras y sacando los utensilios que ocuparemos. Cada una hacía cosas diferentes, ella sazonaba la cena, y yo me encargaba de cortar. Luego de un buen rato, la cena esta lista; luce y sabe deliciosa, les va a encantar.

-Oye, iré por el vino que guardan del otro lado de la cocina, no me tardo- me indicó esperando mi respuesta, solo asentí.

"Si va por vino, será mejor que busque las copas"

Y así lo hice. En un mueble que está junto a la nevera encontré demasiados tipos de copas, no sé cuales sacar, son tan distintas entre ellas.

Me quedé un rato viéndolas, tratando de escoger una indicada, pero unos pasos delicados de zapatillas me desconcentraron, no es Lisa.

No quería voltear hacia atrás, no sé con quién de los tres me toparía, y estoy sola. Los pasos se escuchaban cerca de mí cada segundo más, y yo solo seguía parada frente al mueble.

-¿Necesita ayuda? -dijo una voz agradable y que recién conozco, estando tras de mí

Inmediatamente volteo a verlo, su expresión es entre confusión y seriedad, mientras se rascaba el cuello y me miraba levantando una ceja.

En mi caso, los ojos y la boca formando una 'o' fue lo que mostré, en lo que jugaba con mis manos detrás de mi espalda.

-Joven Park, es usted ¿Qué necesita?- pregunté con amabilidad, mientras mis manos sudaban como nunca

-Vine por un vaso con agua, pero noté que contemplaba por mucho tiempo el estante de las copas -alegó dando un paso hacia mí, pero no tan cerca

-De acuerdo, serviré su vaso y... -me interrumpió

-Yo lo haré, tranquila -sacó un vaso de vidrio y lo llenó con agua, para después quedar frente a mi otra vez -normalmente, a mis padres les gusta usar las copas del lado izquierdo -las señaló tomando un sorbo

Sin dudar, me giré hacia el estante de nuevo y saqué las copas del lado que me indicó el joven Park, es más agradable de lo que imaginé.

-Gracias por su ayuda- agradecí mostrando una leve sonrisa

La empleada de Los Park || 𝐏.𝐉𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora