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La boda iba a celebrarse en la casa de campo del padre de Nicolás. Él asistía solo porque se trataba de su hermana, en otra circunstancia, hubiera preferido lanzarse por un barranco antes que ver a su padre. Al no tener otra opción, le prometió a Sara saludarlo y hablarle con cortesía. De igual forma, se sentía estúpido con su traje formal. Thaly se sentía de una forma similar, no podía creer que la habían convencido de ser una dama. Si bien debía reconocer que Sara tenía muy buen gusto para la ropa y los vestidos, se sentía como una muñeca de las que se ponen sobre los pasteles de quince años.
Después de más de una hora con el estilista, Thaly por fin tuvo el visto bueno para retirarse. El vestido le encajaba perfecto, era de raso color rosa, con escote cuadrado al frente y tiros delgados que se entrecruzaban por toda la espalda hasta la altura de la cintura; el largo era hasta un poco más arriba de las rodillas. Su pelo estaba recogido en una media cola y el resto caía suelto con sutiles rizos sobre sus hombros.
—Te ves hermosa. —Escuchó a sus espaldas.
Nicolás no podía acercarse mucho a ella, debía mantener su distancia si no quería que alguien se diese cuenta de su vínculo amoroso con Thaly.
La enorme finca estaba completamente decorada. Se notaba que no habían escatimado en gastos. Las sillas estaban adornadas con tul blanco y rosas rojas. Los manteles, también blancos, lucían impecables con los cubiertos de plata y los centros de mesa armados con caracoles y rosas blancas. El cielo totalmente despejado esa mañana y el clima templado eran perfectos para la ocasión.
Thaly recorrió el lugar maravillada y Nicolás la siguió, aprovechando que todavía no habían llegado los invitados.
—Es demasiado ostentoso para mi gusto —dijo al ver a su alrededor.
—Sí, pero si a tu hermana le gusta...
—¿Y a ti te gusta? —le preguntó acomodando uno de sus rizos.
—Sí, es lindo, pero yo jamás tendría una boda así.
—¿Por qué no? Pensé que todas las niñas soñaban con casarse en una espectacular celebración.
—Yo no, de hecho nunca pensé en eso, y sabes que no me gustan este tipo de fiestas, suficiente tengo con mis cumpleaños. —Miró hacia él volcando los ojos.
—Bien, nada de bodas ostentosas, lo tendré en mente —le dijo en un susurro al ver que su padre se acercaba.
Thaly abrió más los ojos y permaneció quieta y totalmente ruborizada, sabía que él hacía ese tipo de comentarios para dejarla en ese estado.
Nicolás saludó a su padre como le había prometido a Sara. Ambos se miraron un momento y luego se ignoraron centrando la atención en Thaly.
—Buenos días Natalia —la saludó estrechándole la mano.
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Después de clases (DDC1)
RomanceNicolás es un joven maestro que empieza a impartir clases en un colegio supliendo a su tío. Todo va bien en la escuela pero los inocentes encuentros que tiene cada mañana con una de sus alumnas hace que entre ellos dos surja un fuerte sentimiento. ¿...