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En cuanto Alan se fue, Thaly se probó las cosas que había comprado, mientras Sara aprovechaba de conversar con su hermano.
—¿Y cómo te sientes? —preguntó interesada— ¿Ya asimilaste la idea de ser padre?
—La verdad es que la idea no me desagrada en absoluto, ya hasta empiezo a entusiasmarme. Es Thaly quien me preocupa. La obligué a crecer de golpe. —Bajó la mirada con culpabilidad.
—¿Y le preguntaste si ella siente lo mismo?
—No, cómo voy a preguntarle eso.
—Pues deberías, ella sabe que te echas la culpa de lo que pasó. Y aunque en parte es cierto que tú eres un irresponsable, la haces sentir mal. Ella está feliz a pesar de todo y lo está llevando con mucha madurez, pero lo hace porque está contigo. Culpándote todo el tiempo y tratándola como si fuera tu victima solo logras que ella sienta que haces esto por sentirte obligado y que la tratas como a una niña y no como a una mujer.
—¿En verdad ella siente eso? —preguntó preocupado, viendo hacia la habitación.
Sara asintió mirándolo acusadoramente. Pensó que era el momento de retirarse, se levantó y se despidió desde la puerta.
Thaly lidiaba con el cierre de su vestido cuando Nicolás la abrazó por la espalda.
—Te amo mucho—le dijo suave al oído mientras rodeaba su cintura con el brazo—. Las amo mucho a las dos. —Le dio un beso en el cuello y ella volteó sorprendida.
—¿Las dos? —preguntó desconcertada.
—Sí, tú y la bebé —aclaró con obviedad.
—¿Por qué sigues con la idea de que es mujer?
—Es niña, ya verás —aseguró dándole un suave beso en los labios.
Thaly volvió a sentir que la felicidad la embriagaba, el escucharlo hablar con tanto cariño le brindaba tanta seguridad y confianza que no le importaba lo que sucediera con el mundo, ella se sentía bajo un hechizo protector que evitaría que nada malo le sucediera.
***
El sábado en la noche, la casa de Alex estaba atiborrada de gente, la mayoría chicos del colegio y otros invitados de sus padres. El ambiente tenía una iluminación suave y un Dj hacía sonar un mix de canciones a un volumen estridente. El escenario detrás de él estaba listo para recibir a una banda y al otro extremo del salón había una larga mesa llena de bocadillos de toda clase, desde canapés a papitas, mini pizzas y una fuente de chocolate. En la entrada se lucía un precioso auto deportivo negro con un gran moño rojo, al que todos observaban fascinados, menos Alex. Lo único que deseaba era que Anita estuviera con él. Intentando esquivar a los invitados de la fiesta, se aproximó a la mesa por una copa de vino, cuando alguien lo abrazó por detrás.
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Después de clases (DDC1)
RomanceNicolás es un joven maestro que empieza a impartir clases en un colegio supliendo a su tío. Todo va bien en la escuela pero los inocentes encuentros que tiene cada mañana con una de sus alumnas hace que entre ellos dos surja un fuerte sentimiento. ¿...