Éxtasis. [+21]

12. Confesión.

Francesca.

—¿Le pediste a alguien limpiar mi habitación?—Le pregunto a Pavel con voz severa.

—No, Dominus. Yo personalmente me encargue de ello y reemplace el espejo destruido.

No lo miro y tampoco le respondo. Sigo enojada porque llamo a Enzo, aunque si soy sincera estoy más enojada conmigo misma por necesitarlo para controlar la ira ciega que me domino en ese momento.

Cuando Fabricio detiene la camioneta frente al almacén, Paulo me abre la puerta y me ayuda a bajar.

Hoy deje a Javier a cargo de Eros.

Tiendo a rotar los hombres de su seguridad para que él pueda confiar en todos. Y así darle ese sentido de control que cree tener, mientras mantengo mis ojos sobre él.

Paulo me comentó que Eros y Kostandin se verían de nuevo, al menos eso fue lo que escuchó. Estoy segura de que Kostandin está en Chicago, solo que Eros no me lo diría y es de suponer que no lo necesito para averiguarlo.

Entro a la oficina del almacén donde se encuentra Alessio junto a Vincent esperando por mí.

—Busca a este hombre.— le ordeno a Vincent y una vez fijan sus ojos en mí, les muestro la foto en la pantalla de mi teléfono.

—¿Ese es Dervishi?— pregunta Alessio incrédulo.

Él, al igual que Emiliano no saben toda la historia de lo que sucedió. Solo saben que Kostandin Dervishi por más que tenga una alianza renovada con el nuevo Capo, es decir, Eros; También es peligroso. No sabe para que lo estoy buscando.

—Si.—afirmo, luego me concentro en Vincent—. Está en Chicago, quiero que averigües exactamente donde se está hospedando.

—Ahora mismo me pongo en ello, pero tomará algo de tiempo.—Vincent se mete de inmediato en su computadora para buscar lo que necesito.

El que Eros se vaya a ver con él, no quiere decir que lo hagan en el mismo lugar donde se queda.

—¿Podemos hablar un segundo?— Alessio atrae mi atención.

—Por supuesto, camina conmigo.—le digo ya que si me lo pregunto, es porque no desea hablar delante de Vincent.

Salgo de la oficina y le ordeno a Pavel entrar y vigilar a Vincent.

Mientras comenzamos a caminar veo a Denaro, lo he dejado a cargo de la fábrica y siempre se asegura de viajar con los camiones que traen las cosas al almacén.

—Permíteme un segundo.— le pido a Alessio que asiente y me acerco a Denaro.

—¿Cómo estuvo la producción?— le pregunto en cuanto estoy frente a él.

—Dominus.—Saluda—. Traje las camisas de pruebas, nos servirán para asegurarnos de que todo funcione.

—Bien, asegúrate también de informarme la cantidad de droga que poseerá cada una.

No espero una respuesta y regreso junto a Alessio, seguimos caminando viendo a mis hombres trabajar, pero algo alejados para que nadie pueda oírnos.

—Escuche que tienes una relación con Eros.—suelta Alessio y lucho por mantener mis labios presionados para no sonreír.

—¿Tú  punto es?— pregunto en cambio, distinguiendo la seriedad en su expresión y la tensión en sus hombros.

Alessio es realmente atractivo y también es varios centímetros más alto que yo, lo veo pasar una mano por su cabello, justo en uno de los laterales recortados que me dejan ver lo nervioso que está.