Parte II

16.4K 1.7K 391
                                    

CONSECUENCIAS
|Leonardo Pereira|

 
Una nueva mañana, un nuevo yo y una nueva barba de una semana que no había querido afeitar. Me miré al espejo e intenté sonreír. Intenté sentir algo, lo que fuera. Nadie dijo que reinventarse sería fácil, en realidad era lo más difícil por lo que tenía que pasar, pero sabía que valdría la pena el día de mañana. Era libre, después de tanto tiempo me sentía yo mismo y que por fin sería capaz de tomar las riendas de mi propia vida.

Mi madre pidió verme, furiosa. Ya todo el mundo sabía que lo mío con Amelia había terminado. Era momento de dar la cara y no retroceder. Llegué a su casa donde el silencio reinaba y en cuanto hice presencia en su habitación, ella me abofeteó bruscamente.

—Eres un imbécil. — escupió rabiosa.

—No voy a retractarme. — respondí demostrando seguridad.

Si yo tenía un mal temperamento, mi madre reinaba en el tema. Entre ambos, mi padre siempre fue el único blando.

—¿Has visto a su padre? — cuestionó amargamente.

—No quiso recibirme cuando se lo pedí.

Había querido aclarar las cosas con el padre de Amelia, pero ni siquiera tuvo la decencia de recibirme. En su lugar, mandó a los guardias a que me echaran de su casa.

—Ha dejado la sociedad — me informó — Ya estarás contento.

No me podía quejar, sabía que habría consecuencias y era hora de afrontarlas.

—Se que podremos sacar la empresa adelante sin su ayuda monetaria — respondí.

—¿Podremos? — se mofó — ¿Cómo lo harás? Nadie tiene fe en ti, Leonardo. El grupo BELLE también ha retirado su inversión. Perdiste a dos socios en cuestión de días.

Me quedé sin palabras. Hacía un par de horas BELLE seguía en sociedad con nosotros.

—¿Creíste que solo sería el señor Patasky? —masculló jocosa — Cuando tu padre murió, el consejo no quería dejar la empresa en tus manos por lo que le hiciste a la que él te había obsequiado. Pero como el padre de Amelia invirtió en ti, ellos decidieron apoyarlo.

Yo solía ser directo, sin embargo, ella siempre había sido cruel.

—No voy a retractarme — repetí.

—Nadie cree en ti ahora que Patasky no esta de tu lado y así como el retiró sus fondos junto con BELLE, también los harán otras compañías. Así que será mejor que te atengas a las consecuencias de tus decisiones estúpidas, porque yo no pienso invertir en ti.

—No estoy pidiendo tu ayuda — musité — Jamás me has apoyado, así que ¿por qué lo harías ahora, madre?

—Se porque lo hiciste — respondió — Ya llego el asqueroso rumor a mis oídos. Todo haciéndolo por una puta vividora. ¿Y dónde está ella ahora que te estás hundiendo?

—No lo hice por ella, lo hice por mi. — gruñí.

Y era cierto. La primera vez que rompí mi compromiso con Amelia, fue por Sara, porque la deseaba con locura, pero más que nada por respeto hacia su persona. Todo con tal de no encasillarla como la otra. Cuando terminé con lo poco que habíamos tenido, fue porque estaba seguro de que Amelia era la mujer perfecta para mi y por alguna razón me vi haciéndola feliz. No contaba con que me terminaría enamorando de Sara.

Y ahora, era por mi. Porque necesitaba estar bien conmigo mismo antes de ofrecerle mi mundo entero a alguien más. No podía llegar y ofrecer basura y desorden, necesitaba ofrecer lo que todos ellos merecían de mi.

LA CHICA DESASTRE ©° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora