Fusión

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JUAN

La joven se dio vuelta y me observó por varios segundos, más bien dicho, me examinó de pies a cabeza. Sentí un aire frío recorrer mi cuerpo, pesé a que era una chica preciosa, su mirada daba miedo. Ni siquiera me fijé en el majestuoso par de alas de su espalda. De repente, sin motivación alguna, levantó su dedo y con voz autoritaria me dijo –Necesito que me escoltes hasta Muskovic inmediatamente-. ¿Musko qué?

-Este patético humano es mi compañero de equipo- se interpuso Damián tomándome del brazo y jalándome bruscamente hacia él. -¿Quién te crees tú para venir y darle órdenes?

-¿Tú, formando un equipo? No me hagas reír. Te aseguro que si le preguntamos preferirá irse conmigo- le respondió la joven tomándome del otro brazo y jalándome hacia ella. La situación era ridícula y bastante embarazosa. Luego de varios dimes y diretes entre ellos dos, la joven con esa fría mirada se dirigió a mí, –Dime, jovencito, ¿prefieres ser acompañado por mí, la heredera de Mercetya, la hermosa Ángel, o a ese patético viejo?

Preferí no mover un solo músculo, cualquier cosa que haga en este momento puede jugar en contra mí. Por lo demás, quien habrá sido la persona con suficiente originalidad como para llamar Ángel a un ángel. Es preferible no decir nada al respecto, su mirada es aterradora. Creo que conviene ser cortés, le hice una reverencia y la saludé indicando mi nombre.

-Cuántas veces te tengo que repetir que no soy ningún viejo- dijo Damián pasando por alto mi saludo.

-Que yo sepa tú eres un habitante del reino del "Antiguos guerreros"- le respondió la joven resultando lo de antiguo. -Pues según tengo entendido, si sumamos tu primera vida más esta actual y la pasamos a edad humana, que es donde nos encontramos, tendrías alrededor de 76 años. Un anciano según las normas sociales que rigen este mundo, cosa que este jovencito te pude corroborar.

-Es un razonamiento muy vago el que haces, típico de una princesa.

-¿Por qué tanta pelea de a quién me uniré?- señalo tratando de calmar los ánimos. -Es mucho más fácil que formemos un equipo entre los tres, seríamos imparables.

Hubo una larga pausa, Kirk comenzó a jugar con el caballo alado, Fénix altanero volaba en círculos sobre nosotros. Un viento cálido calmó el frío de esa noche. Ambos me miraron atónitos para luego seguir con su discusión.

-Que yo me agrupe con este perdedor.

-Nunca me juntaría con esa estúpida y antipática princesa.

En fin, esperaré a que solucionen estos problemas. Son esas típicas discusiones entre amigos, cuántas veces no las he tenido que aguantar cuando suceden entre Ana y Josué.

-Eres una falsa princesa, si fueras una verdadera, sabrías que el robar es de mala educación.

-Si fuera por modales tendrías que verte tú primero. Insultar e intentar propasarte con una princesa, viejo verde.

-Que no soy viejo.

-A no, vejestorio.

-Cállate prinsechuza.

-¡Ya basta!- gritó Juan poniéndose entre ambos. -Cómo es posible que continúen discutiendo por un suceso del pasado, lo más probable es que ya se hayan perdonado, pero no lo quieren admitir. Se les nota en su mirada-. Por segunda vez siento esa sensación de que me ignoran y miran con desdén.

-Ahora que lo pienso- dice Damián, -bien puedes quedarte con él, es un verdadero estorbo.

-Claro, como siempre, cuando algo no te gusta lo deshechas como basura.

El camino del guardián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora