Shen
Aprovechando la oscuridad de la noche, el equipo se acercó al lugar sin ser mayormente detectados, pero como es lógico, al llegar a la puerta de la Torre de las Leyes, tres Tervegan nos esperaban.
-Son solo cuatro, no durarán mucho- comento la niña con las gafas en la cabeza quien no parecía capaz de estar quieta un instante, -la diversión no será muy larga.
-¿Diversión?- se preguntaron los tres aprendices.
-Es típico de los Tervegan, todos sus atentados terminan transformándose en un juego. Es una verdadera lata, solo nos retrasará más- les respondí tras bostezar.
-¡No estamos aquí para juegos!- gritó Abel fuertemente, -liberen a Psique...
-Y a Ángel...
-Ya a Rayén...
-Pero si miren... parecen tres caballeros en busca de sus princesas- ironizó Maia quien se encontraba al centro. –Escúchame bien, pequeño demonio: Tu situación actual no permite ponernos condiciones. Les superamos en número, están atacando nuestra base, sin contar con que somos claramente más fuertes que simples "aprendices a guardián", ya que dudo que ese juez les sea de mucha ayuda.
Abel enfurecido se adelantó y comenzó a disparar en medida que se acercaba, mas Maia necesitó un solo movimiento de su mano para aumentar la gravedad y así detener su avance. Luego la niña de las gafas, con su gran velocidad, golpeó tantas veces a Abel que con el último impacto lo regresó con el resto.
-Y ni siquiera una gota de sudor.
-Malditas...
-Ya basta Abel- señaló Damián. -Dígannos, ¿Cuáles son esas famosas reglas?
Maia sonrió y comenzó a decir, -Diez pisos en total. En el último se encuentran sus preciadas princesas, pero para llegar a él necesitan las claves que cada uno de nosotros posee. Solo necesitan seis códigos. ¿He sido lo suficientemente clara? ¿Alguna pregunta?
-¿Por qué quieren a Rayén? No creo que sea para que juguemos con ustedes.
-Todas las respuestas las hallarán en el último piso... los estaremos esperando- y con el mismo gesto de siempre, abrieron un portal e ingresaron en la torre. Desde lejos se escuchó, -El que quiera ingresar y participar en este evento, será bien recibido.
-Genial- comentó Abel, -ahora tendremos que jugar su maldito juego.
-No se olviden que además estamos contra el tiempo- les recordé mientras me acercaba a la entrada. Mi llave maestra no pudo abrir la puerta, chicos listos y una poderosa magia. –Conocen nuestros trucos y habilidades, habrá que inventar cosas nuevas si queremos entrar.
Damián voló buscando alguna otra entrada o ventana, pero cada vez intentaba entrar era repelido por un fuerte escudo. –Un campo psíquico, como los de Juan- concluyó tras la inspección.
-Ya veo, también tienen un psíquico. Pues bien- señalé, -un campo psíquico solo puede ser contrarrestado por otro de ese estilo-. Inmediatamente todos miraron a Juan.
-¿Y cómo se supone que haré eso?
-Con un ataque psíquico.
Sus ojos brillaron y sus gestos señalaron su típica postura altanera de cuando se le presenta la posibilidad de mostrar sus habilidades. Se colocó en posición y estiró sus manos y sumamente concentrado gritó:
-¡Fuerza psíquica!- pero nada sucedió.
-¿Alguna vez has efectuado un ataque psíquico?- le pregunté para comenzar a decir sin esperar la obvia respuesta, -¿De qué te sirvió el entrenamiento de Mudarra?
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El camino del guardián.
FantasiaEl reino en el cual tú habitas, humano, es conocido como Namonir, yo provengo de Olvacand. Asimismo, están Samyaza, la tierra de los demonios,; Ethiatum, un reino submarino muy avanzado tecnológicamente; Sylvarant, el mundo perdido; Kal'har, donde h...