Excelsior

0 0 0
                                    

Juan

Una larga llanura desértica interrumpida a excepción por pequeñas colinas y unos cuantos arbustos secos. Una leve brisa que apaciguaba los ánimos y calmaba ese sol abrasador del cual no se podía escapar. En ese escenario nos vimos junto a Shen, mirásemos donde mirásemos no encontrábamos huella o pista alguna de los Tervegan o de los famosos códigos. Caminamos unos cuantos metros hasta que el juez cansado decidió sentarse junto a la sombra de unos roqueríos.

-No sería mejor que simplemente utilizaras tu llave y nos condujeses directo donde están Rayén y Ángel- le pregunté.

-Crees que no lo hubiese hecho si pudiera con tal de no tener que caminar bajo este maldito sol. Cuanto cansancio, pero, si activase mi llave, los demás jueces sabrían de mi posición, lo cual no quiero que suceda. Además, Juan, cualquier experiencia de vida te servirá para fortalecer tu cuerpo y espíritu- me respondió el juez, con ese tono melancólico con el que nunca lograba infundir el ánimo que esperaba.

-¿Y por qué razón no quieres que los demás jueces sepan tu ubicación?

-Hace unas semanas mi mejor amigo fue expulsado de los guardianes junto a todo su grupo. Uno de ellos era una extraña cruza con un espectro, lo cual, a ojos del Consejo, no podía ser posible y terminaron por eliminarlo. Mi amigo renunció y desde entonces he estado buscándolo... ya que me debe una apuesta...

-¿Una apuesta?

-Sí, le aposté a que tú llegarías más lejos que su grupo-. Por suerte alguien confía en mi pensó Juan. -Tienes la protección de una ninfa... y de la más hermosa de ellas.

-¿Te refieres a Náyade?

Shen suspiró profundamente. –No quiero que averigüen mi posición, pues creerán que en este lugar se encuentra mi amigo e inmediatamente una horda de jueces llegará a este lugar. Este significará la muerte absoluta de Tiliso y pondría en peligro la continuidad de ustedes y del equipo de Xander como aprendices. Sin contar que querrían averiguar, sobretodo, por qué necesitaban a Rayén... Se iniciaría una situación semejante a la de Barataria y no creo que sea muy recomendable.

-Así como hablas, no estás muy de acuerdo con el actuar de tus compañeros.

-Esto ha perdido la gracia que tenía en sus orígenes. Cuando conocí a mis bestias se me presentó una gran aventura por delante, la promesa de que podría cambiar al mundo. Como guardián creí que todos mis sueños se concretarían, pero tiempo después me di cuenta de que nada era como lo creías y al final solo sigues normas y reglas. Realmente no te preocupas por los problemas reales, ni mucho menos por dar soluciones. Pese a esto, quise seguir adelante y transformarme en juez para guiar a las nuevas generaciones. Pero todo han sido trabas y más trabas, sin contar con que encuentro injusto y absurdo el sistema para clasificar a la gente. Para serte sincero, tú estás en la lista de los que pronto abandonarán la institución, puesto que "no tienes las habilidades suficientes" para llegar a ser guardián. Me encantaría que las cosas fuesen de distinta manera.

-No es muy alentador tu comentario.

-Al contrario, Juan. Quizá mis palabras no estén llenas de ánimo, pero lo que quiero señalarte es que está en ti demostrar que puedes romper esas barreras que te han puesto. Tú eres el que debe demostrar que la institución está errada. Tú eres el que debe llegar a ser guardián para cerrarle la boca a todo ese Consejo.

-No creí que...

-Kirk confió en ti, Muskovic te concedido su bestia y su sabiduría, tienes la bendición de una ninfa, un viejo huraño como Mudarra te enseñó un par de técnicas, tienes el apoyo de tu juez y todos tus compañeros confían ciegamente en ti. Tienes una difícil tarea en tus manos.

El camino del guardián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora