Psique
Sin duda me encontraba en un cuarto cerrado, oscuro, lleno de telarañas y con ese olor a viejo y encierro que caracteriza a las bibliotecas. Muchas estanterías, numerosos libros tirados, y un par de velas para permitir leer. Un oscuro silencio acompañado por el estresante compás de un antiguo reloj. Caminé sigilosamente por este lugar, la atmósfera me traía recuerdos que había intentado borrar hace mucho tiempo.
"-Siempre tan aislada Psique, no sería mejor que jugases con los de tu edad antes que seguir encerrada. La vida es muy corta como para perderla entre un montón de libros. Deja eso para los viejos. Aprovecha, ve y siente todo lo que el mundo nos regala-. Yo leía unos libros mientras jugaba con un lápiz y tarareaba una canción, mis audífonos estaban lo suficientemente altos para no oír ninguna palabra que me dijese. –En fin, si esto te hace feliz.
La joven profesora pasó junto a mí para sacar un libro y salir al patio. En ese proceso me puse de pie para retirar un nuevo libro de las estanterías. Nuevamente se repitió la misma escena.
-Allí está- indicó un muchacho, -solo por 50 rupias vean a la criatura más extraña de la tierra entera. A primera vista aparenta ser una simple humana, pero si nos fijamos bien es posible dar se cuenta que no. Su piel no es como la nuestra, sus ojos y orejas son muy cercanas a los de un felino y sus colmillos sobrepasan el tamaño natural. Si se acercan podrán notar que el color de sus pupilas tampoco es habitual. Pero no sólo su aspecto físico es extraño, también su forma de actuar. Nunca nadie le ha oído decir una sola palabra, hay quienes dicen haberla visto recitar en un idioma demoníaco. Vive sola en una casa del bosque, sin padre ni madre. Se dice que su hermano la abandonó hace un tiempo, pero esa una historia por la que tendrán que pagar más. Por ahora conténtense con...
Un empujón hizo que el entusiasmado niño se callase, -quién te crees para decir tales cosas.
-Ay, si llegó el justiciero.
-No tienes derecho a tratar a alguien tan dulce como Psique de esa forma.
-¡Dulce! Es la criatura menos tierna que he visto. Hay verdad... tú no puedes ver...
-Maldito.
-Qué, ahí no estoy, es este lugar, no aquí... lalalala- un movimiento rápido hizo que el muchacho botase al que me defendía. Este intentó levantarse, pero resbaló botando toda una repisa sobre él. Todos se reían mientras iban retirándose de la biblioteca. -Aún no entiendo cómo es que sientes lástima por ella, si es la hija de todas tus desgracias.
Por más que lo intentó no pudo sacarse la repisa de encima, le dolía su pierna. Como un niño al que hieren su orgullo comenzó a llorar. Inconscientemente llamaba a su mamá, aunque sabía que nunca llegaría. En eso, con solo una mano y sin mostrar gran esfuerzo, levanté la repisa y comencé a ordenar los libros, sin dirigirle una palabra al muchacho. Este, admirado por mi fuerza, intentó ponerse de pie, pero nuevamente no pudo.
-Será mejor que no te muevas o harás que un leve esguince se transformé en una fractura- le indiqué, -deja que termine de ordenar esto y te ayudaré-. El muchacho no dijo ni una sola palabra, sino que se quedó allí sentado limpiándose los ojos de vez en cuando. Luego sintió un calor sobre su pierna, cálido y tierno, hasta que el dolor desapareció completamente.
-¿Cómo hiciste eso?
-Una de las pocas cosas que mi madre logró enseñarme.
-¿Tu madre? ¿Te refieres a la sacerdotisa?-. No respondí. –Espera, espera. Déjame darte las gracias, mi nombre es...
-Eros. Yo soy la que debe agradecerte. Siempre me defiendes de esos idiotas.
-Jeje, no es nada, yo solo... Te gustaría venir a comer hoy a mi casa. Mi hermana cocina muy rico, sería grandioso-. Me sonrojé y balbuceando no pude responder que no, pese a que mis gestos lo indicasen. –Tomaré eso como un sí-. Él intentó levantarse y no encontró apoyo, estiré mi mano para ayudarle, pero luego la corrí. Evitaba todo tipo de contacto con las personas. –Vamos, sígueme.
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El camino del guardián.
FantasiEl reino en el cual tú habitas, humano, es conocido como Namonir, yo provengo de Olvacand. Asimismo, están Samyaza, la tierra de los demonios,; Ethiatum, un reino submarino muy avanzado tecnológicamente; Sylvarant, el mundo perdido; Kal'har, donde h...