Capítulo 13

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—Emma, dime que no estás con Alex, dime que puedes hablar por teléfono.

—Ali ¿estás bien? No estoy con Alex, ¿Qué ocurre?

Alina suspiró del otro lado del tubo y la siguiente frase salió de su boca cargada de ilusión: —Estoy de novia.

—¡¿Qué?! —Emma no se molestó en ocultar su entusiasmo. —Cuéntamelo todo, Alina, esto es hermoso, ay, ay, ay, ¡estás de novia! ¿Cómo fue? ¿Cuándo? ¿Dónde?

—¡Cálmate! —Respondió entre risas risueñas. —Ayer estábamos en su casa y bueno...me lo preguntó y yo dije que sí y ¡Emma, no puedo creer la cara de estúpida que tengo! Me duelen las mejillas de tanto reír ¡Y ni siquiera sé de qué me rio!

Ambas siguieron una larga conversación hasta que un mensaje llegó al móvil de Emma.

"Mi hermana actúa mañana, es una exhibición de su grupo de teatro, ¿Quieren venir? Es a las 8"

—Ali me acaba de llegar un mensaje de Guido.

—Si, a mí también, ¿vamos?

—Sí, ¡Sofía debe estar enorme! Debe de tener como diez años ¿No?

—¡Es verdad! Oye, me sentí vieja por un segundo, ¡tuve a esa niña en brazos cuando apenas tenía tres!

—Los años llegan pronto, Ali. —Dijo Emma con voz dramática.

—¡Cállate! —Las risas acompañaban sus grititos. —Seremos jóvenes para siempre. Voy a tu casa y nos cambiamos allí. Ah, ¿hablaste con Alex ayer?

—Te cuento mientras nos cambiamos. Te quiero.

—Y yo a ti, te veo a la tarde.


¡Será divertido! Anda, Em, cuando seas vieja no recordarás las noches en las que dormiste la cantidad de horas necesarias sino aquellas en las que te divertiste con tus amigos.

Emma desvió la vista de la televisión. ¿Dónde leíste eso?

Aquí. Dijo señalando una libreta azul.

¡Alina, eso es privado!

Ali revoleó los ojos. No me vengas a mí con tu privacidad. Deberías tener más en cuenta lo que escribes y aplicarlo a tu vida. Guido es divertido, solo seremos unos cuantos de nuestra clase y algunos amigos de los chicos, veremos pelis y comeremos golosinas, no seas aburrida, al menos hazlo por mí, no puedo ir sola a esa casa llena de hombres. Pidió Ali poniendo su mejor cara de perro mojado.

¡Por eso es que no quiero ir! ¡Solo seremos dos chicas en una reunión de chicos!

¡Pero irá el que me gusta!

Da igual, de todos modos nunca te atreves a hablarle.

¡Quizá hoy sí!

Emma mordió su labio inferior y miró a su amiga que estaba a punto de arrancarse los cabellos con tal de que Emma aceptara ir a la reunión.

Está bien. Dijo no muy convencida. Pero si empiezan a decirnos estupideces nos vamos.

Como tú digas. Eres la mejor.

Sí, sí, con una caja de chocolates me conformo, gracias.

Alina rió, abrazó a Emma y empezó a moverse de un lado a otro buscando algo para ponerse esa noche.

Lo que quedó de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora