Capítulo 20

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—"A ver si dejas de revolcarte con el niñato este y me atiendes el teléfono." Creo que pronto dejarás de ser el preferido de Ali, mi amor. —Dijo leyendo el mensaje en su teléfono entre risas.

—Dile que esta noche venga con León a cenar aquí, yo le avisaré a Guido.

—¿Cocinarás tú?

—Por supuesto...aunque en realidad podríamos intentar hacer algo distinto, ¿no crees? Algo más...elaborado.

—Me das miedo. Dime que quieres hacer y te ayudo.

Alex salió de la habitación tras besar a su novia que enseguida marcó el número de su amiga.

—¡Al fin!

—¡Alina! —Dijo con alegría. —¿cómo estás? ¿Qué pasó tan urgente?

—Ayer hablé con Guido y pensamos que ya que el próximo fin de semana es largo podríamos irnos a algún lado con los chicos, ya sabes, León, Alex y creo que también irían Laura con su novio, Sofi, Claudia, oh, ¿sabías que terminó con Marco?, Tomás y un compañero del trabajo de Guido. ¿Qué te parece?

—¡Me encanta, Ali! ¡Será divertido! Iré a contarle a Alex. ¿vienen a comer al departamento de él esta noche? León y tú, digo, Alex le dirá a Guido.

—Genial. Llevo las bebidas.

—A la noche hablamos bien lo del viaje.

—¡Me encanta que te encante la idea! Nos vemos en unas horas, Em.

—¡Te quiero!

—¡Y yo a ti!

—¡Alex! —Gritó Emma tras colgar la llamada y correr hacia la cocina. ¡Alex! Ali me ha dicho que estuvieron planeando un viaje con Guido y algunos amigos más para el próximo fin de semana ¿Qué estás haciendo? —Se interrumpió al verlo muy concentrado en su computadora.

—¿Si freímos pollo aquí crees que quedará demasiado olor en todo el apartamento?

—Sí, pero ¿Qué quieres hacer? ¿Pollo agridulce? —Dijo leyendo la pantalla. —Hablabas en serio cuando decías que querías hacer algo más elaborado.

—¿Te gusta esto?

—Se ve delicioso, ¿vamos a comprar lo que nos falta?

—Tengo pollo en el freezer nos falta...todo el resto.

Mientras caminaban entre las góndolas del supermercado Emma se colgó del brazo de su novio. —No dijiste nada de lo del viaje, ¿No te agrada la idea?

—Claro que sí.

—No lo parece.

—Es que creo que tengo que trabajar igual el día feriado.

—¿De verdad? Bueno, podemos dejarlo para otro momento lo del viaje entonces.

—No seas boba, ve con los chicos.

—¿Es un chiste? ¡¿Cómo voy a ir sin ti?! —Dijo mirándolo asombrada.

—Irás con tus amigas y te divertirás.

—¿Pero y tú?

—Yo iré a trabajar y ya. —Respondió con cara de perro mojado.

—Emma quita esa cara.

—Es que no se...me siento mal estando aquí mientras él trabaja.

—Pero son solo tres días, Em. ­­—Comentó Laura uniéndose a la conversación entre Alina y Emma. —Anda, vamos a juntar las cosas para ir a la playa y aprovechar al máximo estos días fuera de la ciudad.

El ruido de las olas y el viento sobre su cara la hicieron sentir relajada, todos colocaron las lonas sobre la arena y los chicos se encargaron de clavar las sombrillas. Sin embrago, y a pesar de que pretendían quedarse bajo la sombra, el sol de mediodía pronto comenzó a sofocarlos y ninguno esperó mucho para ir a refrescarse al mar.

—Tomás y Guido estaban hablando sobre una fiesta en una disco ¿Saben algo?— Preguntó Sofía mientras una ola levantaba separando sus pies del suelo.

— ¿Me preguntas a mí? ¿Justo a mí? —Respondió Emma riendo.

— ¡Guido! —Gritó Claudia. — ¡Ven!

— ¿Qué pasa?

— ¿Hay una fiesta esta noche?

— Sí, Tomás tiene un conocido que puede hacernos pasar gratis, ¿vienen?

— ¡Claro!

— Yo paso.

— Ay, no, Emma. ¡¿Cómo que "pasas"?! —Respondió Guido pasando un brazo por su hombro.

— No quiero ir a una disco, la última vez me descompuse y...no quiero.

— Pero yo estaré ahí, y Ali y todas tus amigas también. Además tiene un lugar al aire libre, vamos, no tienes excusa.

— ¿Es necesario?

— No, pero será divertido.

Emma le sonrió y apoyó su cabeza en su hombro. —Está bien. —Dijo no muy convencida.

— Entonces ¡Esta noche hay fiesta! —Gritó el pelirrojo antes de empezar a salpicar agua para todos lados.

Durante el día se entretuvieron jugando a las cartas, al vóley e incluso cantaron un  poco, acompañados por la guitarra de Darío, el novio de Laura, antes de abandonar la playa. Al llegar al departamento alquilado que compartían, los chicos encendieron el televisor para mirar un partido de fútbol mientras preparaban las pizzas y las chicas se encerraron en un cuarto para revolver sus bolsos buscando qué ponerse para salir mientras se turnaban para bañarse.

—Ali, ¿me prestas tu campera de jean? ¿Crees que esto quede bien? —Inquirió Emma mostrando un short negro, una remera blanca con detalles dorados y un par de sandalias doradas.

—Eso te queda genial. —Dijo Ali mirando el reflejo de su amiga en el espejo. — Vamos a sacarnos una foto así se la mandamos a tu novio trabajador.

—No, no me digas así porque me siento fatal.

—No seas pesada, Alex tiene que trabajar pero tú no así que relájate.

—Es que quiero que esté aquí, ¡lo extraño!

Un tierno "Aww" salió de la boca de todas las presentes.

— Me parece perfecto que lo extrañes pero hoy bailaremos hasta que se nos caigan los pies y nada de andar llorando por los rincones. —Dijo Claudia.

—Claro, ahora que estás soltera decir eso es mucho más fácil, ¿no? —La campera de jean que Emma tenía en su mano pronto aterrizó en la espalda de Claudia que sentada en la cama abrochaba sus sandalias.

Una vez que todas estuvieron cambiadas, se juntaron con los chicos para ayudar a poner la mesa. Alex no había respondido un solo mensaje desde que Emma se había ido y aunque no quería, Emma no podía dejar de pensar en que algo había ocurrido.

Lo que quedó de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora