Scars › 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐦𝐢𝐧 / 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐒𝐞𝐮𝐧𝐠

cinq

A pesar de la urgente necesidad de su cuerpo para descansar, Seungmin Minnister, próximamente Seungmin Christark, no pudo darse ese lujo. 

Una criada lo guió a él y a su sirviente personal, hasta la habitación que se le asignó en la Capital. 

Muy en su interior, el joven doncel agradeció la consideración de aquella gente; nadie querría compartir habitación con un extraño, aún cuando estuvieran prontos a casarse. 

Ahí fue donde se equivocó. 

No era sólo un "pronto". 

Siendo apresurado porque al parecer, tenía un horario que cumplir, Seungmin sólo fue capaz de dejar su maleta en la habitación, pidiéndole con una mirada a Jeongin que fuese él y nadie más quien ordenara sus pertenencias. 

—Realmente lamento el ajetreo en la Mansión, Lord Seungmin —pedía disculpas por enésima vez el Masqués Jisung, guiándole hasta el salón donde el modista le esperaba—, entenderá que nuestro amo es... Una persona ocupada. 

Y si no fuera por el contexto, probablemente Seungmin hubiese sonreído ante la expresión del Marqués. 

Por supuesto, no estaba en posición de sentir pena por nadie más que por sí mismo. 

Con cierta timidez, después de haber estado siguiendo a Jisung en silencio, se atrevió a preguntar algo que le preocupaba desde que entró en el carruaje. 

—Disculpe, Marqués... —Jisung paró en seco, dedicándole toda la atención al joven—, el... El Gran Duque... —sintió cómo se le secó la garganta—... Él... ¿Está aquí?

Con una queda sonrisa, Hanratheon negó. 

—Es probable que el Gran Duque llegue hasta entrada la noche. 

¿Qué era peor? ¿Conocer a su nuevo dueño de inmediato, o prolongar la tortura? 

Entrando al salón, Seungmin decidió que sería mejor mientras menos viese a su futuro esposo.

Aun así, nunca creyó que todo sería tan apresurado. 

— ¡Ohmi! Es un honor conocerlo, MiLord. 

Un joven rubio de gentil sonrisa se presentó en una reverencia apenas Minnister entró. 

Poniendo en práctica sus modales, Seungmin también se inclinó. 

—Seungmin Minnister, hijo del Conde Minnister. Es un placer. 

—Por favor, dígame Felix —sus ojos brillaban de la emoción de poder ver, por fin, a aquel rumoreado doncel de belleza etérea—, es un gusto introducirme como el mejor modista de la Capital, pero no tenemos mucho tiempo, MiLord. Debo ajustar su traje de bodas. 

Siendo la boda nombrada tan rápido, Seungmin se sorprendió, titubeando. 

— ¿Mi traje de bodas? 

¿Cómo era posible que, recién llegando, cuando la propuesta fue enviada con suerte el día anterior, ya hubiese un traje de bodas para ajustar?

—Agradecemos su disposición y entendemos lo que esto significa para su apretada agenda, Lord Felix, pero el Duque ha dado órdenes directas sobre que el traje debe estar listo para mañana. 

¿¡Mañana!?

Seungmin se aterró, mientras que Felix soltó un suspiro. 

—Ah, ¿Qué debería hacer con las demandas del egoísta Duque? Sé que tengo una buena reputación, pero un día...