El paso de los días se siente más lento cuando hay pocas cosas que hacer. Por el contrario, mientras más quéhaceres se juntan, pareciera que el tiempo vuela.
Justamente eso le pasó a Seungmin, quien apenas tuvo acceso a la biblioteca de la mansión, se refugiaba por largas horas en esos enredados pasillos, sediento del conocimiento que se le negó después de cierta edad.
No obstante, eso no era lo único que ahora ocupaba la agenda del Señor de la Casa.
Poco a poco, había explorado la mansión gracias a cierto doncel que un día llegó junto con Jeongin a su habitación
— ¡Mucho gusto, Señor Seungmin! Mi nombre es Beomgyu, y estoy ansioso por servirle.
Seungmin era incapaz de olvidar la sonrisa con la que aquel chiquillo se presentó.
Siendo mucho más aventurero y claramente familiarizado con la Mansión, Beomgyu había guiado durante varios días los recorridos por la estructura, enseñándole a ambos foráneos cómo era la Mansión donde estaban.
Cocina, Jardín, Salas de Estudio, Salones, Habitaciones de Invitados... Después de cierta cantidad, Seungmin había dejado de enumerarlas.
¡La Mansión era tan grande que estaba seguro, había lugares que nunca jamás volvería a pisar!
Aun así, agradecía profundamente el entusiasmo y la presencia de Beomgyu, no sólo porque era útil, sino porque, al parecer, Jeongin había hecho un nuevo amigo.
Y eso hacía tan feliz a Seungmin.
Quizás por eso se atrevió a hablar con la servidumbre de la Casa, ¿y cómo no hacerlo? Si todos lo miraban con esos ojos curiosos, sopesando si hablarle o no.
Al final, habían terminado conociéndose, compartiendo.
Seungmin ya no pasaba sus días solo, y tampoco eran sólo las doncellas quienes servían de intermediario entre él y los demás sirvientes.
Habían llegado inclusive a poner a diario distintas flores en el jarrón que tenía en su habitación.
Como aquel día, donde unas hermosas orquídeas adornaban el centro de mesa.
Mientras Seungmin leía tranquilamente, sentado en un costado del sofá, Beomgyu y Jeongin cuchicheaban en el otro extremo, tomándose la libertad de beber el té junto a su Amo.
—Nooo, ¿pero has visto al aprendiz de jardinero?
Una sonrisa aparecía en los labios del castaño al prestar más atención a la conversación de los menores.
— ¡Gyu! Todos los días hablas de alguien distinto, por Dios.
—Pero dime, ¿Lo has visto o no?
Innie puchereaba.
—No.
— ¡Es un bombón!
Seungmin rodaba los ojos, negando.
Gracias a esos dos pequeños, se había acostumbrado a las charlas sobre chicos.
—Yah, ¿Como el aprendiz de cocinero que viste anteayer?
— ¡No, no, no! Esto es real, Innie. Lo siento en mi panza.
Incapaz de permanecer más tiempo serio, Seungmin soltó una pequeña risa, alertando a ambos donceles y logrando que el pelirrojo se avergonzara, aún cuando no era él quien decía cosas sobre alguien.
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Scars › 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐦𝐢𝐧 / 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐒𝐞𝐮𝐧𝐠
Hayran Kurgu❛ Reducido a vivir como una sombra, como una existencia indeseada, ¿Existirá el lugar al que pueda llamar "hogar"? › donde Seungmin contrae matrimonio con el temible Duque del gélido Norte, cortesía de la codicia de su propio Padre. inf﹗ › ...