onze

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— ¡Apresúrense!

— ¡Tenemos poco tiempo!

—Marqués, ¡el carruaje ya se puede ver! 

—Maldición... —mascullaba Jisung, ante la agitación en la mansión. 

Por primera vez en el poco más de un mes que Christopher lo había dejado a cargo de la Casa en la Capital, el marqués Hanratheon estaba pasando una crisis. 

Teniendo que hacer preparativos express, apenas y tuvo tiempo de comunicarle la situación de Chris. ¿Por qué en esa maldita mansión siempre tenían que estar corriendo? Jisung quería renunciar, de verdad que sí...

Pero, ¿dónde le iban a pagar mejor que en el Ducado Christark?

CLARAMENTE ES UN BROMA. 

Jisung y Christopher son amigos de años, no podría dejarlo sólo por un mejor salario... ¿O sí?

En días como esos, donde su cutis se veía afectado por el estrés, Hanratheon tendía a pensar si era tan necesario su trabajo... 

— ¡Marqués, el carruaje ya pasó la reja! 

Jisung respiró hondo, queriendo tirar la toalla pero sabiendo que no podía hacerlo. Masajeando su sien, tuvo que seguir liderando a la servidumbre.

—Que el salón de té esté listo, ¡No olviden los bocadillos favoritos de Su Alteza! Y muchos, muchos cubitos de azúcar —apuntó al lacayo que le seguía, para que él se encargara de todo. 

Entonces comenzó a caminar apresuradamente a los aposentos del consorte de Christark

¿Estaba bien eso? ¿No se estaban adelantando un par de varios pasos en el plan?

No, para empezar, ¿Cómo él se había enterado que el esposo de Christopher seguía en la Capital? Se supone que el hecho de que el Duque hubiese vuelto a su territorio sería suficiente distracción para que nadie supiera que Seungmin estaba ahí...

Así que, ¿Cómo? Y más específicamente, ¿Por qué él?

Jisung realmente, desde el fondo de su corazón, quería aplazar lo más posible el encuentro que estaba apunto de ocurrir. 

Parado fuera de la habitación de Seungmin, suspiró acongojado. Después de todo, el Señor de la Casa debía recibir a las visitas. 

Con cuidado, tocó dos veces la puerta, escuchando cómo el ajetreo al interior frenaba. 

—Adelante —la suave voz de Seungmin le dejó entrar. 

Y al abrir las puertas, Jisung se deslumbró por cómo se veía el esposo de su jefe

Distante a la imagen de muerto viviente que recordaba de su primer encuentro, ahora las mejillas de Seungmin no estaban ahuecadas, su cabello tenía brillo e incluso podía decir que el rubor en su rostro era natural. 

La muñeca demacrada que podía romperse en cualquier momento, no estaba más al borde de la extinción, aunque seguía siendo delicada

Aun así, el mayor cambio fue la vibra misma de Seungmin, recibiéndolo con una taciturna sonrisa. 

—Marqués Hanratheon —lo saludó.

Por reflejo, Jisung se inclinó ante él, impresionado por cómo había cambiado en ese tiempo. 

— ¿Verdad que hicimos un buen trabajo? —codeó Beomgyu, dándose cuenta de la estupefacción del Marqués. 

—Hmn, sí —admitió el castaño, aclarando su garganta  e irguiéndose —Su Excelencia —se inclinó ante Seungmin, para luego dedicarle una sonrisa a los tres donceles—, ya es hora. Tiene que ir a la entrada. 

Enarcando ambas cejas, Seungmin no estaba seguro de estar preparado para eso. 

Compartió una mirada preocupada con ambos sirvientes, y entonces se levantó, alisando blazer celeste claro que llevaba, encima de su camisa crema. Un listón y pantalón negros completaban el atuendo, ambos con un exquisito relieve. 

No era extravagante, principalmente porque ese no era el estilo de Minnie... Pero se sentía cómodo. 

—Vamos —flaqueó su voz al final, exponiendo su nerviosismo. 

Pero nadie dijo nada

(...)

Una vez en la entrada, Seungmin dejó escapar todo el aire que retuvo camino hasta allí, tenso a más no poder. 

Le faltaba un paso, abrir esa puerta y esperar la inesperada visita que estaba a nada de llegar. 

Pero nunca en su vida había cumplido el rol de anfitrión, ¡menos con una persona tan importante! ¿Cómo podría...?

Christark se había quedado estático, sin poder abrir las grandes puertas. 

Hanratheon, Jeongin y Beomgyu le miraron expectantes, dándole su espacio para poder prepararse mentalmente. 

Al menos hasta que Jisung tomó la iniciativa, inclinándose ante su Señor

—Su Excelencia, todo está preparado —murmuró, en un intento por darle confianza—, confíe en este sirviente. Nada malo ocurrirá.

Después de todo, le había enviado una carta urgente a Christopher, contándole la situación. 

Seungmin asintió con lentitud, recordando al personal de la Mansión y todo el trabajo que habían hecho desde esa misma mañana. No podía arruinar el esfuerzo de esa buena gente

Así que, con una determinación endeble, salió al exterior seguido de los donceles y el Marqués, esperando en la cima de las escaleras con una fila de sirvientes a cada lado.  

El carruaje se acercaba cada vez más, teniendo el claro escudo de la Familia Real

Sintiendo sus manos sudar, Minnie mantuvo la compostura, aún cuando la persona a un lado del chófer se bajó del carruaje, para poder abrirle la puerta a la persona en su interior. 

— ¡Su Alteza, el Futuro Consorte Real, ha llegado!



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SÉ QUE ME DEMORÉ UN CHINGO EN ACTUALIZAR, PERO JUGUEMOS A LAS ADIVINAZAS. 

¿Quién es el futuro consorte real? Y por consiguiente, ¿Quién sería el príncipe heredero? 

Los leo 👀👀

Scars › 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐦𝐢𝐧 / 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐒𝐞𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora