dix-sept

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Para Sus Excelencias, Los Honorables Duques Christark, Señores del Norte,
Mediante la presente se les invita cordialmente al Palacio Real, donde se realizará un Banquete de Celebración por la Buena Cosecha.

Esperamos su asistencia.
— Su Alteza, el Príncipe Heredero.

Christopher seguía en su oficina con sus manos sosteniendo su rostro, releyendo aquella corta pero concisa invitación una y otra vez.

No podía creerlo, realmente le parecía insólito que hasta el mismísimo Hyunjin les hubiese escrito. Con toda esa patraña de formalidad.

—Chris, ¿Estás bien? —preguntó Jisung, después de observar cómo el Duque no hacía más que mirar ese pedazo de hoja desde que lo abrió.

—Es una excusa —contestó, como si la pregunta hubiese sido otra. 

— ¿Qué?

—La Cosecha, es una excusa —aún ni terminaba la temporada alta, era estúpido celebrar algo que no acababa. Eso sólo dejaba una opción—, quieren conocer a Seungmin —estaba pero convencidísimo de sus palabras. 

— ¿Y están haciendo un Banquete Real sólo para poder conocerlo? —cuestionó, con una ceja elevada. Chris asintió, logrando que suspirara—, ¿No suena un poco exagerado?

—Jisung, ¿Recuerdas la razón por la que tuve que casarme tan rápido?

—Para que el Rey no interviniera y--

—Para que no interviniera e hiciera un jaleo en la Capital, exacto —le recordó, peinando su cabello para atrás—, ahora no es sólo él, Hyunjin se sumó y seguramente Changbin lo está animando. 

Hanratheon rió, negando un poco. 

—Bueno, eso te pasa por ser el único y adorado sobrino del Rey —se encogió de hombros.

—Si el viejo me quisiera tanto, respetaría mi decisión de mantener a mi esposo refugiado —musitó, masajeándose un poco la frente. 

La situación le estaba estresando más de lo esperado, así que no dudó en retirar su máscara y rascar un poco alrededor de la cicatriz que cruzaba uno de sus ojos.
No estaba acostumbrado a airearla, pero comenzaba a picar cuando estaba bajo mucha presión. 

—Chris, deberías hacer el intento de entenderlo —aconsejó Jisung—, ha estado esperando mucho tiempo a que quieras algo. 

Christopher lo entendía, de verdad que sí. 

Desde que su Padre había fallecido, el Rey actuó como un verdadero tutor y no lo dejó en ningún momento; aún cuando podría haber sido un desgraciado con el niño que le quitó la vida a su hermana.

Pero, ¿Qué ganaba su tío con hacer eso? Ni siquiera su propio padre lo odió por quitarle la vida a su madre, no podía hacerlo. 
Christopher tenía los mismos ojos, la misma nariz, la misma sonrisa y hasta las mismas pecas que Jessica, el chico había sido bendecido con su belleza. Y ya había perdido a su Madre, ¿Cómo podían los adultos quitarle más?

Aun así, y por más que estuviese agradecido con su Tío por no dejarlo nunca, por entregarle el cariño familiar que perdió tan joven; ese tema y Seungmin iban a parte. 

Seungmin no era una extensión de él; era una persona independiente con sus propias trabas, traumas y complejos. 

Christopher realmente quería respetar todo de él, y no exponerlo a situaciones que pudiesen sobrepasarlo. Por lo mismo había querido partir al Norte apenas se casaron, pero el estado de Seungmin era tan crítico que no podía llevárselo al gélido Ducado.

Scars › 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐦𝐢𝐧 / 𝐂𝐡𝐚𝐧𝐒𝐞𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora