capítulo dos.

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" Para algunos los días soleados son sus favoritos, para otros los nublados son los mejores.
Y apesar de no ser gran fan del calor, me es agradable.
Ver tus mejillas enrojecidas por el sol y tu rostro brillante es algo de admirar. "

—¿Qué pasó, mi habichuela? ¿qué escribes?— Abril escondió el pedazo de papel en cuanto Frank Longbotton se acercó a ella.

—Nada, ¿por?

Frank jadeo y se llevó la mano derecha al pecho. —Veo, veo~

—¿Qué es lo que ves?

—Una cosita...

—¿Qué cosa es?

—¡No me desvíes el tema! ¿Acaso le ocultas algo a tu mejor amigo?— Abril se permitió reír por lo bajo y levantar lo hombros "confundida".

—No.

—Vaaamos mi abriluchis, ¿qué es eso? ¿una carta de amors? Uy.

Los colores subieron al rostro de la castaña y apartó la mirada de Frank.

—No.

—¿Acaso hay algo en tu boca que no sea 'no'?

—No.

—Abril. ¿No me tienes la confianza para enseñarme eso?

—Es que me da penita.— murmuró doblando las esquinas del pedazo de pergamino.

—Yo te conté la vez que se me metió un moco a la boca mientras lloraba.

—Frank, eso es normal en ti, no manches.

—Bueno, tal vez sí jiji.— tomó asiento al lado de Abril.—¿Me enseñas?

—Pero si te burlas vas a ver.— extendió el papel, y casi de inmediato, Longbotton lo leyó.

—Aw~ esto es tan bonito. ¿Quién es esa afortunada?

—Evans.— el chico jadeo de nuevo y festejó —¿Por qué festejas? No cabe duda que estás bien sonso.

—Hmm, me ofendiste re gacho. Vamos a comer mejor, no me quiero perder la cena.

Monroe dejó sus libros apilados en una esquina de la mesa y guardó la nota en su túnica, posteriormente salir de la sala común de gryffindor.

abril.

—¿En dónde la dejarás?

—Entre sus libros.

—¿No va a sospechar?

Abro uno de sus libros y dejo la nota entre la primera hoja y la pasta. —No lo creo, ¿por qué?

—Porque tal vez dormimos en la misma habitación y puede que empiece a sospechar.

—Nah, no cre-— dejo de hablar cuando siento que vienen hacia el dormitorio.

—Oh, hola chicas— nos saludo la linda pelirroja, que viene acompañada de Alice Y Jenna.

—Hola— hablamos Marlene y yo al unísono.

—¿Qué hacían?

—Hablando de... chavos. Ya saben. Lo de hoy en día— responde la rubia.

Puedo jurar ver una gota de sudor bajar por su frente.

—Uy~ ¿Y de quién hablan?

—A Marlene le gusta mi hermano.— respondo antes que ella.

—¿Qué mierda, Abi?— me susurra, pero le ignoro.

—Quiere que le ayude.

—¿¡Podemos ayudar nosotras!?— el entusiasmo de Evans hace que sienta cosquillas en mi estómago. Volteo a mirar a McKinnon en busca de aprobación, y asiente con las mejillas sonrosadas.

Espera...

—Claro.

Tenemos una charla pendiente.

✓ adore you ★ lily evansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora