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Durante toda la noche, Mark no había podido dormir. Al momento que cerraba los ojos, recordaba todo. Y es que, fuera la cantidad que fuera de alcohol que estuviera en su sistema, usualmente el efecto se le iba pasando poco a poco. Así que, para la hora que ya se encontraba en su casa, el pelinegro podía recordar casi todo.
¿Cómo lo vería de nuevo a los ojos? La vergüenza lo comía vivo. No entendía cómo había llegado al punto de desahogarse con su, supuesto, peor enemigo.

Por otro lado, Yuta seguía cuestionándose por qué habría querido besar a Mark. Ni siquiera le importaba que se tratara de un hombre, era lo de menos. El problema era que aquel hombre era Mark. En su vida había tenido algún pensamiento así hacia el canadiense, por que lo hacía ahora?

Ambos se encontraban envueltos en un lío. Sabían que tarde o temprano tendrían que enfrentar la situación. Pero, al menos por parte de los dos, no pensaban hacerlo tan rápido. Por lo que, el plan de ambos era evitarse en la universidad. Fácil... no?

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Mark miraba a todos lados antes de dar un paso. Tanto Jungwoo como Haechan lo habían notado, pero decidieron no preguntar. No querían presionar al canadiense a contarles.

— Mark.

El canadiense se sobresaltó al escuchar su nombre. Volteó hacia la voz, y al ver la cara de la persona, pudo respirar de nuevo.

Trató de sonreír.

— Hola, Johnny.

Jungwoo y Haechan tomaron ese momento incómodo como su señal. Se despidieron de Mark y los dejaron solos.
Si tenían algo de que hablar, era mucho mejor si no estaban aquellos dos escuchando. Ambos sabían que Mark luego les reclamaría, pero en su opinión, era preferible que estar ahí.

— ¿Pasó algo?

El rubio se puso del lado del canadiense y comenzaron a caminar. No sin antes, por parte del pelinegro, mirar hacia todos lados asegurándose de no ver al japonés.

— Es solo que ayer en la fiesta, cuando me iba a acercar contigo, saliste corriendo. No es la primera vez qué pasa, por lo que quería preguntar... ¿Hice algo mal?

Las últimas palabras fueron la razón de la muerte del canadiense. Su intención nunca había sido hacer sentir mal a su amigo, era lo menos que quería. Y aunque, entendía el pensamiento del americano, no podía explicarle. Quería, pero no podía.

— ¿Qué dices? No pasa nada.

Mark empujó ligeramente a su amigo. Trataba de tomarlo como un broma, cuando en realidad estuviera colapsando por dentro.

— Yo soy el que anda paranoico con todo... y todos. Tu no hiciste nada malo.

— ¿Por qué estarías paranoico?

El pelinegro iba a decírselo. Por fin iba a ser completamente honesto con alguien. Estaba decidido a hacerlo, a no de ser de que si lo hacía, tendría que explicar desde el principio. Desde el hechizo que iba hacia él.

— ¿Ah? No se, estrés probablemente. Tomar tantas clases es muy estresante.

Johnny volteó hacia su amigo. No podía evitar preocuparse, Mark nunca había estado así. Lo conocía y sabía claramente que algo más estaba pasando con el canadiense. Pero, aunque la curiosidad lo estuviera carcomiendo, no lo presionaría. El rubio sabía que cuando estuviera listo, se lo contaría.

Por un momento, Mark dejó de examinar el lugar. Solo podía pensar en la gran bola mentiras que estaba creando. Tenía el asunto de Yuta por un lado, el de Johnny por el otro, sin contar que también les estaba mintiendo a sus mejores amigos. Se odiaba en ese momento. Odiaba mentirles.
El canadiense hubiera podido sumergirse aún más en sus pensamientos, cuando se topó con alguien.

— Auch! ¿Podrías fijarte por donde-

Mark reconoció al instante aquella voz. Comenzó a levantar la cabeza lentamente pensando en que decir.
No sabía si era miedo, vergüenza, o nervios, pero no entendía por qué se sentía así. Quería salir corriendo.

Una vez que Mark levantó la cabeza, ambos chocaron miradas. Se quedaron tan callados, que los pájaros parecían estar silbando a lado de ellos.

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Todo pasó relativamente normal para el
japonés. Había tratado de llegar lo más temprano a la universidad, para así no encontrarse al pelinegro. Incluso tenía planeado no ver a sus amigos e ir de una clase a otra. Por lo que, durante el transcurso del día, recibió unos cuantos mensajes por parte de Jaehyun y Taeyong, a los cuales solo respondía con un "Estoy ocupado". No quería mentirles a sus amigos, pero tampoco quería explicarles la situación.

Por otra parte, aunque había estado evitando a aquel chico todo el día, no entendía de donde provenía el sentimiento de extrañarlo.
Tenía una que otra idea sobre lo que le pasaba, pero no se atrevía decirlo en voz alta.

El japonés se encontraba de camino a su última clase, cuando por ir viendo el teléfono, chocó con alguien.

— Auch! ¿Podrías fijarte por donde-

No pudo terminar la frase. Tenía a Mark frente a él.

Ambos se miraron a los ojos con un silencio de por medio. Si estuviera contando los segundos, podría haber jurado pasar los 10.

— Tu eres el que debería fijarse por donde va.

Interrumpió el rubio que se encontraba a lado del pelinegro.

¿Por qué le molestaba tanto aquel chico? Ni siquiera lo conocía. Pero, con aquellas pocas veces que lo había visto, no podía evitar sentir algún tipo de enojo cada vez que lo veía con el canadiense.

— No estoy hablando contigo.

Soltó Yuta frunciendo el ceño. Johnny abrió la boca sorprendido, y apunto de responderle, el canadiense habló.

— Perdón.

Mark tomó del brazo a Johnny, jalándolo de ahí. Ni siquiera le importaba haberse disculpado, solo quería irse.
Una vez lejos, Mark se despidió del rubio y salió de la universidad. Sabía que era imposible encontrárselo fuera de la escuela, por eso tenía que irse de ahí lo más pronto posible. Sin mirar atrás, tenía que salir de ahí.

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Holi, paso a decirles dos cosas:
1. Les debo una disculpa por tardar tanto, pero tuve mi final de una clase y no tenía tiempo de nada:(
2. Este será otro cap que se dividirá en 2. Pero, les prometo que mañana subiré la otra parte:)
Eso es todo, gracias por esperar y seguir leyendo. <3

dancing with magic [yumark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora