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Unas horas pasaron desde aquel momento vergonzoso. El tiempo pasaba tan rápido, que ninguno de los dos realmente sabía cuánto llevaban ahí. Aún agarrados de las manos, no hacían nada más que dar vueltas. De vez en cuando Yuta trataba de soltar al canadiense, pero este se rehusaba. Y esto final, por algún extraño motivo, le gustaba al japonés. Significaba poder sostener sus manos aún más tiempo.

Durante todo su tiempo ahí, a Mark se le había olvidado su objetivo. Estaba tan enfocado en no caer y avergonzarse enfrente de Yuta, que se olvidó completamente. ¿Que le sucedía?
Pronto, el pelinegro recordó.

— ¿Podemos ir a otro lugar?

El japonés volteó hacia el canadiense topando miradas. El canadiense miró hacia otro lado.
Aún cuando solo había aceptado ir para saber más sobre ellos, no le gustaba la idea de usar al japonés. Por más que lo "odiará", no le gustaba hacerle eso. No era correcto.

Por otro lado, Yuta sabía de lo que se trataba, incluso pensaba que ya no sacaría el tema porque había tardado demasiado. Aún así, supuso que era hora de contarle. Si era para ayudar a su amigo, lo haría. No es como si estuviera exponiendo a sus dos amigos, estaba previniendo una desilusión.

— ¿Quieres que te cuente sobre Jaehyun y Taeyong?

Mark se detuvo. Definitivamente no disimuló bien.

— Sí, pero no por eso quiero ir a otro lugar. Ya me cansé.

Yuta sonrió de lado. El canadiense se veía tan lindo tratando de mejorar la situación.
Mientras que el japonés sonreía por aquello, Mark no podía verlo, así que solo dirigía su mirada de lado a lado. De una u otra forma, Yuta siempre lograba ponerlo nervioso.

— Aunque me encantaría ir a otro lugar, no puedo. De hecho ya me tengo que ir. Mejor te lo cuento mientras me acompañas a la salida.

Mark asintió.

Ambos soltaron sus manos y salieron de la pista, Caminaron un poco hasta unas bancas que se encontraban fuera de la pista, se sentaron y comenzaron a desatar las cintas de los patines.
Yuta fue el primero en hacerlo, y mientas empezaba a desatarlas, comenzó a hablar.

— Jaehyun y Taeyong tienen historia desde hace mucho. Taeyong gustaba de Jaehyun, pero Jae no le hacía caso. Luego, Jaehyun empezó a gustar de Tae, pero ahora él era el desinteresado. Era un ciclo.

El canadiense escuchaba atentamente, mientras que al igual que el japonés, se desataba las cintas.

— El día de la fiesta fue cuando todo cambió. Ambos se confesaron, y aunque Tae solo pensó hacerlo para terminar con ese ciclo de una vez por todas, Jaehyun tomó la oportunidad y lo besó.

El canadiense asentía a cada palabra que salía del pelinegro.

Según por lo que Yuta le había contado, no era algo reciente, era algo de mucho tiempo atrás. Ahora entendía que las cosas entre ellos dos eran algo inevitables. Sin embargo, eso solo significa una cosa. El hechizo de su amigo no había funcionado. O tal vez si, pero mal cómo el suyo.

Unos minutos pasaron y Yuta terminó de quitarse los patines. Mientras que Mark aún seguía haciéndolo pero ya un poco más apurado, ya que tenía que marcarle a Jungwoo.

Después de que ambos estuvieran listos, salieron de la pista y comenzaron a caminar hacia la salida. A nada de llegar a la puerta, Yuta recordó que no traía su chamarra consigo así que se devolvió, no sin antes pedirle a Mark que no se fuera. El canadiense aceptó quedarse y se quedó a lado de la puerta esperando. Aprovechando que estaba solo, el pelinegro decidió marcar al rubio. Tenía que contarle lo más rápido posible.

Una, dos, tres llamadas. Nada.

Cómo sabía que Yuta llegaría en cualquier momento, el pelinegro optó por dejar un mensaje en el buzón de voz del rubio. Así que, volvió a marcar pero ahora esperando hasta el final para dejar el mensaje. Los últimos 3 tonos terminaron indicando que ya podía dejar el mensaje de voz.

— Los hechizos no funcionaron, Jungwoo. Estoy seguro que el tuyo no funcionó y que el mío le dió a la persona incorrecta. Es mejor si nos vemos en persona para explicarte. Y por favor, no le digas a Haechan si no quieres ser asesinado. Márcame en cuanto escuches esto.

Una vez que terminó de hablar, Mark se aseguró que el mensaje se había mandado, para después guardar su teléfono en su bolsillo. Si todo salía bien, hablaría con Jungwoo y después con Haechan, este último debía de tener la solución. El canadiense sintió un poco paz al saber que todo podía terminar bien. Desafortunadamente, esa paz duró poco cuando se dió la media vuelta y se encontró con nada más y nada menos que Nakamoto Yuta frente a él. El japonés lucia genuinamente confundido.

Su corazón se detuvo.
¿Habría escuchado lo que dijo? ¿Le hizo algún sentido? ¿Que le diría? ¿Era el momento de contarle?

Después de tantas preguntas en su cabeza, llegó la más importante.

¿Por qué se preocupaba tan de repente por él?

;;;

Regresé :D
Yo se que tardé mucho, pero ahora si no tengo tiempo de nada</3 Tristemente mi vida se resume de la escuela al trabajo y del trabajo a hacer tareas:'(
Entonces si llego a tardarme mucho de nuevo, pido disculpas de una vez:( Aun así, les prometo que aunque me tarde años, no voy a dejar la historia incompleta:)
Gracias por seguir leyendo y gracias a esas nuevas personas que se interesaron en la historia. ^^
Espero les esté gustando, lxs veo en el próximo <3

dancing with magic [yumark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora