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— ¿LO BESASTE?

Haechan pretendió desmayarse, mientras que a su lado se encontraba un Jungwoo congelado.

Mark apartó la mirada de sus amigos. No entendía muy bien porque les había contado, pero lo hecho, hecho estaba. Ahora tenía que lidiar con sus reacciones y regaños, los cuales serían más por parte del castaño.

— Entonces, si lo besaste, supongo que ya le dijiste la verdad...

Jungwoo ladeó su cabeza de Haechan a Mark. Probablemente habría pelea, y si así era, él tenía que estar en la primera fila.

— No... aún no.

El menor cerró los ojos tratando de contenerse y no gritarle hasta que quedarse sin voz. Por el otro lado, Mark solo lo miraba extrañado. Él también estaba esperando sus gritos.

Haechan se levantó del sillón donde se encontraba sentado, dió unos cuantos pasos hasta quedar frente al pelinegro, lo agarró del brazo para levantarlo también y comenzó a jalarlo hasta la puerta de su casa.

— Vete y no regreses hasta que lo hagas.

Sin poder asimilar la situación, en un par de segundos, Mark ya se encontraba afuera de la casa del castaño.

Porque sabía que el menor ya no le abriría, el canadiense no tuvo de otra más que comenzar a caminar hacia su casa, lo cual era malo ya que sol estaba en su peor momento.

A unos minutos de estar caminando, su teléfono vibró en sus pantalones indicando la notificación de un nuevo mensaje. El pelinegro se detuvo para poder sacar el aparato.

Johnny: Camina más rápido

No muy lejos de donde estaba parado, su amigo se encontraba dentro de su carro parado en medio de la calle.
Cuando Johnny notó que por fin el menor se había dado cuenta de su presencia, abrió la puerta del copiloto. Mark entendió y caminó hasta el auto.

— ¿Vas a tu casa?

— Sip

El rubio sonrió y arrancó el carro.

— Te llevo.

El camino fue cortó, pero entretenido. El mayor le contaba la cita que había tenido con el tailandés después de la exposición y cómo el último mencionado estaba demasiado emocionado por los elogios que recibió. El canadiense solo escuchaba a su amigo y reía por las historias que contaba. En esos momentos se sentía agradecido de aún poder contar con él.

— Llegamos.

El automóvil se detuvo frente a la casa del menor y Johnny apagó el motor.

— Oye,

El mayor volteó hacia el pelinegro y lo miró confundido. Lucía extremadamente serio.

— Dime.

— Tengo que confesarte algo.

Si quería empezar a ser honesto, tendría que comenzar con la persona por la que "inició" todo.

— Hace unos meses yo hice algo...

Mark lo miró de reojo y notó que el rubio escuchaba cuidadosamente, lo cual solo lo puso más nervioso.

— A mi me gustabas, Johnny.

Un silencio reinó el auto.

El menor no era lo suficientemente valiente para revisar la cara de su amigo, por lo que optó por pensar que su cara era de un total desagrado.

— E intenté algo para llamar tu atención... pero, no- no funcionó.

Nuevamente el canadiense miró de reojo a su amigo, quien tenía una media sonrisa indicándole que todo estaba bien.

Lo estaba porque aún no sabía la otra parte.

— Era un tipo de atracción, se que puede sonar un poco raro, pero es verdad. El problema fue que no te dió a ti, sino a Yuta.

Mark por fin tuvo suficiente valor para poder mirar al rubio.

— Todo empezó por un hechizo y todavía lo sigue siendo para él, pero para mi no. No se cómo ni cuando pasó, pero me gusta.

Johnny dejó de sonreír y apoyó su mano en el hombro de su amigo.

— ¿Y que es lo aterrador?

— Que él no lo sabe...

— ¿Qué te gusta?

— No, él no sabe del hechizo.

El rubio se quedó serio. Ahora entendía porque el canadiense se estaba comportando de esa manera. Toda esa situación era difícil de contar y digerir.

— ¿Planeas decírselo?

— He estado tratando de hacerlo desde que comenzó todo esto, pero simplemente no puedo.

— ¿Por qué?

— Al principio era por medio a su reacción, no sabía cómo lo iba a tomar. Ahora es porque simplemente no quiero que me odie, y... no quiero que deje de quererme.

El rubio notó las lagrimas que estaban por ser derramadas por el menor, así que se apuró y trató de consolarlo.

— Hey, hey, estoy seguro de que él no te va a odiar y mucho menos dejar de querer. No pienses así.

— Pero, todo eso es falso, claro que lo hará. Y yo, yo realmente no quiero que eso desapareza.

Una lágrima finalmente corrió por la mejilla de Mark.

— ¿Estoy siendo demasiado egoísta?

Sin pensarlo dos veces, Johnny lo abrazó. No soportaba ver a su amigo así y menos culpándose de esa manera.

— No lo eres, Mark. No te puedo asegurar que dirá o cual será su reacción, pero esta mil veces mejor que se entere por ti que por alguien más. Yo confío en que él sabrá cómo reaccionar sin lastimarte.

El canadiense recargó su cabeza en el hombro del mayor. Su yo de unos meses atrás hubiese estado feliz de poder abrazar al rubio, sin embargo su yo del presente se sentía aliviado de tenerlo como amigo.

Porque eso era lo que era, su mejor amigo.

;;;

Unas semanas después, pero regresé :D
Gracias por leer y seguir aquí. <3

dancing with magic [yumark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora