19

439 58 8
                                    

Después de aquella plática con Johnny —la cual terminó en confesionario—, Mark por fin había decidido ponerle un final a todo. Por lo que, al entrar a su casa, llamó al japonés y lo citó en un restaurante al día siguiente.
Y sí, aunque un restaurante no era el mejor lugar para contarle la verdad, el canadiense sabía que si todo salía mal, el pelinegro no iba a exaltarse frente a tanta gente.

Su plan no podía fallarle, era imposible. Incluso cuando la palabra en sí, había dejado de existir en su vocabulario desde ya hacía mucho tiempo.

Yuta <3: Llegaré unos minutos tarde, esta bien?

Todo en orden?

Yuta <3: Todo bien, es solo que mi mamá me pidió unos favores y saldré un poco tarde de la casa.

Esta bien :)

El menor dejó su teléfono en la mesa. Ya había ordenado una soda, así que podría entretenerse con eso por mientras.

;

— ¿Eso es todo?

— Sí, ya puedes irte, hijo.

La madre de Yuta esbozó una sonrisa.

Para su mala suerte, antes de salir de la casa, su madre le pidió de favor que la ayudara a bajar unas cosas de su camioneta, así que el japonés no tuvo de otra más que hacerlo. Incluso si eso significaba hacer esperar a su Mark.

— Te veré más tarde.

El pelinegro dejó un beso en la frente de su madre y salió rápido a el carro.

Si el canadiense era paciente, todavía estaría ahí. Aparte, según por lo que dijo por teléfono, lo que le tenía que decir era de suma importancia. No tendría sentido si no lo esperaba.

Una vez que llegó al estacionamiento del lugar, notó que no había lugar por ningún lado, cosa que probaba que la suerte definitivamente no estaba de su lado.
Siguió buscando por todos lodos mientras daba mil vueltas, pero nada. Desafortunadamente, no le quedó otra opción que estacionarlo en un parque no muy lejos del restaurante.

El japonés comenzó a caminar atravesando el parque, para después ir por la banqueta a lado de este. Continuó caminado hasta que no muy a lo lejos distinguió a dos personas sentadas en una banca.

Eran Lucas y el chico rubio que siempre veía con Mark, Jungwoo creía.

Tarde ya iba, por lo que decidió pasar a saludarlos. No obstante, se detuvo una vez que llegó demasiado cerca de ellos, ya que se veía como si estuvieran hablando de algo serio. Además, por alguna razón se sentía forzado a escuchar, era cómo si algo le dijera que lo hiciera.

— ¿Eso es verdad?

Preguntó el moreno con sorpresa. A decir por su cara, parecía haber descubierto algo muy importante e imposible.

— ¡Lo es! Yo tampoco lo creía, pero después de que me pasó a mi... ¡Oh, vaya que es verdad!

Yuta se acercó aún más a ellos, mientras que al mismo tiempo se escondía detrás de una troca estacionada que quedaba justo atrás de la banca en donde estaban sentados.

— Entonces tú trataste de darle a Jaehyun, pero no te funcionó...?

¿Jaehyun? ¿Qué tenía que ver su amigo?

— Exacto, pero lo que me pasó a mi no se compara a lo que le pasó a Mark.

El rubio platicaba cómo si su vida dependiese de ello. Moviendo sus manos y haciendo expresiones de acuerdo a lo que contaba.

— ¿Qué le dió a la persona equivocada?

— Sip. Pobre Marky, no sabía cómo decírselo a la persona afectada.

— ¿Decirle que estaba forzado a enamorarse de él por un hechizo mal hecho? Tiene sentido.

El moreno respondió sarcásticamente y recibió una mueca por parte del rubio.

¿De que estaban hablando? ¿Hechizo? ¿Forzado? ¿Enamorarse?

Yuta no le encontraba sentido a lo que decía su amigo o el rubio, pero por alguna razón, no podía dejar de escuchar. Necesitaba saber quien había sido esa persona afectada.

Aún cuando todo parecía ser sacado de un cuento de hadas.

— Y a todo esto... ¿Quién es esa persona?

— Nakamoto Yuta.

... ¿Huh?

La cara del japonés cómo la del Chino se tornaron de mil colores en un segundo.

Yuta por fin entendía. No sabía cómo o por que, pero entendía. Aunque todo eso sonará loco, algo muy adentro de él le decía que eso era verdad. Le decía que no estaba loco y que había tenido razón todo ese tiempo. Aquellos sentimientos no eran reales tal y cómo lo pensaba.

¿Forzado a enamorarse? Tenía sentido, por más extraño que eso sonara.

Sin embargo, después de haber encontrado una respuesta, el enojó llegó. Se sentía estúpido. Demasiado estúpido. 
El canadiense no había hecho nada más que verle la cara todo ese tiempo, sin olvidar que todavía se atrevió a hacerle lo mismo. El beso, los abrazos, las palabras, acaso todo eso era para seguirle el juego y burlarse de él?

Su enojó tomó control de si mismo, y debido a eso sabía que entrar al restaurante a confrontarlo no era la mejor opción. Así que, cambió de planes y se dirigió a su carro lo más rápido posible para irse a casa. Caminó tan rápido que ni siquiera se percató de la notificación que acababa de llegarle.

Ver a Mark no estaba en su lista de prioridades, no estaba seguro de cómo actuaria si lo tuviese enfrente. Sentía tanto enojo que incluso podría llegar a llorar. Por eso, lo mejor que podía en esos momentos era era calmarse.

Porque de todas maneras, le daba asco tan solo pensar en él.

;

Mark <3: ¿Ya mero llegas?

;;;

p.d: Jungwoo no lo decía por mal amigo, sino porque le estaba contando todo a Lucas y en ese punto, ellos ya se gustan :)
Gracias por leer.

dancing with magic [yumark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora