20.5

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2 horas después y no había rastro del japonés por ningún lado. Incluso aún cuando trató de acercarse a ambos Taeyong y Jaehyun para ver si lograba escuchar algo, no parecía que el pelinegro estuviese ahí.

¿Y si no aparecía? Honestamente, no tendría por qué. Además, Yuta sabía muy bien que Lucas salía con Jungwoo, y que obviamente Jungwoo era amigo de Mark. Solo era cuestión de conectar a las personas para saber que era probable que el canadiense también asistiera.

Toda la situación le estresaba. No podía ni siquiera disfrutar la fiesta y se odiaba por eso.

Debido a que su humor estaba por los suelos, el canadiense decidió salir un rato de la casa. Se sentía aturdido de tan solo de estar ahí. Todos lucían estúpidamente felices. No era justo.

El canadiense se dirigió a la puerta y salió de la casa. No conocía muy bien las calles de ahí, pero eso no lo detuvo. Así que comenzó a caminar, lo único que quería era alejarse lo suficiente hasta ya no escuchar la música proveniente de la casa.

Caminó, caminó, caminó, caminó, y cami-

— ¡Auch!

Mark despertó de su trance y levantó la cabeza.
Acaba de chocar con alguien, lo que le faltaba.

— Lo siento. ¿Estás bien?

El chico rubio enfrente de él mantenía la cabeza agachada, mientras que con una mano la acariciaba.

Mark no estaba de humor para lidiar con personas ajenas. Aunque hubiese sido su culpa.
Por lo que el canadiense solo se quedó ahí parado esperando una respuesta del rubio para poder irse.

— No, me pisaste también.

El pelinegro rodó los ojos. Que chico tan exagerado.
A punto de responderle de vuelta, un brillo proveniente de los dedos del rubio le llamó la atención. Se acercó un poco a él para ver bien y enfocó su mirada en la mano.

Eran anillos.

Pronto su rostro se tornó de mil colores, mientras que a la vez sus piernas le empezaban a fallar. Sintió su corazón salirse en cuanto los reconoció.

Por el otro lado, el rubio dejó de sobarse. Se acomodó el cabello con la misma mano, revisó sus zapatos, y una vez terminada su inspección de si mismo, levantó la cabeza para ver aquel chico.

Ambas caras quedaron petrificadas.

;;;

El silencio era incómodo, cosa que no era nueva para ellos. Ambos se encontraban sentados en una banca que habían encontrado en un parque no muy lejos de la casa del moreno.

Mark había esperado tanto para ese momento, tanto para que cuando sucediera no pudiese decir ni una sola palabra. Ya que por alguna razón, su boca le había fallado.

Ahora sabía que el esperar tanto una cosa, no necesariamente te preparaba para enfrentarla.

— ¿Te pintase el cabello?

Qué pregunta más estúpida.

— Si no tienes nada que decir, mejor me voy.

El mayor apoyó sus manos en la banca para levantarse, pero se vió detenido por el chico de a lado.

— Quédate, por favor.

El ahora rubio, lo miró serio y repitió.

— Si no tienes nada que decir-

— Estoy enamorado de ti.

El canadiense se levantó igualmente de la banca, aún sosteniendo la mano del mayor.
Por el otro lado, el rubio abrió los ojos en sorpresa.

dancing with magic [yumark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora