Mira fijamente el imponente ladrillo, que se cierne como una especie de bestia gris en expansión con puertas negras y afiladas como dientes. Las palabras ORFANATO DE WOOLS parpadean hacia él, y Harry piensa que de alguna manera el arquitecto logró encontrar la fuente perfecta para inspirar una especie de pavor sordo en la boca del estómago del lector. Esa breve mirada es todo lo que obtiene antes de que unas manos ásperas lo tiren hacia adelante, y las fauces se abren para admitirlos.
Su aliento sale en bocanadas blancas heladas, mezclándose con un cielo ya sin color, y se estremece. Todavía lleva la camiseta del pijama debajo de la chaqueta delgada que le dio un oficial de policía, todavía puede oler el humo que sale con cada paso que da. Perdió la sensibilidad en los dedos de los pies hace mucho tiempo, y sus dedos se ven enrojecidos y en carne viva, húmedos por el aliento mientras se lleva las manos mecánicamente a los labios cada pocos minutos para tratar de calentarlos.
El oficial de policía le dijo que era pequeño para su edad: una charla de pánico mientras lo sacaban del esqueleto negro que crujía que solía ser su hogar. Las grandes manos del hombre temblaron mientras se enroscaban alrededor de los huesos del hombro de Harry. ¿O tal vez era Harry quien había estado temblando? En cualquier caso, él está de acuerdo: la trabajadora social frente a él es una mujer agria y bulliciosa, vestida de pies a cabeza con una gruesa lana negra y Harry apenas le llega al pecho. Sus estúpidos tacones golpean cada vez que su tobillo toca el suelo.
Toca, toca, toca.
"Ven, chico", dice ella, aunque las palabras carecen de calor. Es la tercera vez que habla con él desde que lo conoció en la estación de policía esta mañana. Harry tiene la sensación de que ella dejó de ver sus rostros en este momento. Él es justo la tarea del día, una casilla superficial para marcar, otro huérfano sin nombre transportado al patio de la ciudad.
Caminan hacia la puerta, un imponente arco de metal en la pared, y ella golpea dos veces con el dorso de su mano enguantada, frunciendo el ceño mientras sus nudillos se manchan de tierra. Ella lo mira de nuevo, como para comprobar que todavía está allí, y escuchan el eco de pasos apresurados detrás de la puerta. La trabajadora social le fija un haz de sacarina en la cara, los ojos apagados.
La puerta se abre chirriando, pero quienquiera que esté allí está escondido detrás de la forma corpulenta de su compañero.
"Oh." Su tono es de sorpresa y Harry mira alrededor de su cintura.
No hay nadie directamente frente a él, pero luego sus ojos bajan y ve a una niña pequeña. Ella es más joven que él, probablemente alrededor de los seis años, con un suéter de lana gris que cuelga como una especie de vestido sobre sus pantalones. Sus grandes ojos azules van de la mujer a Harry, antes de agrandarse.
"¡Mamá Minnie!" ella grita, sus ojos nunca dejando los de Harry. "Hay un nuevo huérfano en la puerta".
Harry siente un corte de frío en el pecho ante la palabra. Huérfano: su nueva identidad. Obliga a borrar las imágenes de sus padres, siente que el nudo en la garganta se vuelve grueso y caliente. Se dijo a sí mismo que no iba a llorar y no lo hará. Toma una respiración larga y lenta, pero sus dedos se aflojan y el agua que acecha en la parte posterior de sus ojos se evapora en el frío.
"Sí, bueno. Hola querida. ¿Podemos pasar?" dice la trabajadora social, ya pasando junto a la niña y hacia un estrecho pasillo gris. Agarra el brazo de Harry con garras de acero, tirando de él detrás de ella como si fuera sordo y mudo.
Cierra la puerta detrás de ellos, cortando afortunadamente el empuje helado del viento, y de repente todo está en silencio. Harry escucha más pasos, antes de que una puerta al final del pasillo se abra de golpe.
ESTÁS LEYENDO
God of Nothing (Traduccion)✔️
FanfictionHarry se siente completamente agotado, los músculos gelatinosos y los párpados como papel de lija pesado. Se odia a sí mismo, pero las palmas de Riddle se sienten tan relajantes mientras suben y bajan por su espalda, trazando las marcas dejadas por...