Capítulo treinta y seis.

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Llegaron al piso y entraron al apartamento de Taehyung. Un gran silencio y tensión había entre Jungkook y Taehyung.

El pelinegro todavía no creía que había visto al castaño golpeando hasta casi matarlo a Euno, entendía que era un hijo de puta pero, ¿Tanto odio le guardaba? Había visto otra persona totalmente distinta frente a el...

Su mirada estaba perdida mientras se apoyaba en la mesada de la cocina y el contrario estaba en el sofá mirando un punto fijo, ninguno decía nada, solo lágrimas silenciosas que salían de cada uno. El motivo que tenía Jungkook era obvio, pero, Taehyung... Lloraba de la impotencia que sentía, de no haber matado aquel idiota, de que el pelinegro lo haya visto sacar su peor lado.

El castaño se levantó de su asiento y fue hacía la cocina, poniéndose frente al pelinegro el cuál limpió sus lágrimas apenas escuchó que se levantó del sofá. Se miraron fijamente sin decirse ni una palabra, hasta que Jungkook habló.

- Yo... Ya entiendo todo. -Dijo tranquilo mientras lo miraba-.

- Jungkook.

- Pensé que eras tú, pero... Creo que me equivoqué.

- ¿De qué hablas?

- De mi alma gemela.

- Tú viste mi cicatriz, yo no vi la tuya.

- Ya no sirve que la veas.

- Pero, quiero hacerlo.

El contrario levantó su remera con lágrimas en sus ojos mientras lo miraba a los ojos para notar su reacción.

- Kook...

- Es la misma, si. -Dijo para luego dejar caer la remera de sus dedos- Eres mi alma gemela, pero no estás destinado a mi.

- ¿Qué?

- Cuando era niño me lo dijeron... Tú alma gemela tiene a otra persona, así que será mejor que te olvides de encontrarla. -Dijo sonriendo mientras sus lágrimas caían- Y me sentí tan feliz cuando vi tu marca anoche... Pero, todo se desplomó cuando corriste hacia Jimin, ahí me di cuenta, que yo no soy tu alma gemela.

Taehyung estaba petrificado, trataba de procesar todo lo que había dicho. La marca... Su cicatriz con la de Jungkook, eran idénticas ¿Cómo no pudo verla cuando estuvieron juntos? Levantó un poco la remera del pelinegro y acarició aquella cicatriz que se encontraba en su abdomen inferior el cuál tenía muy bien marcada una "V". Cerró sus ojos y deslizó sus dedos por aquella cicatriz y si, era igual a la de el, hasta se sentía de la misma forma. Jungkook se estremeció mientras lo miraba.

- Taehyung...

- Entonces... Eres tú.

- No, no soy yo. -El contrario abrió los ojos para mirarlo- Desearía que así fuera, pero no... Tú y yo sabemos que es Jimin tu alma gemela.

- No, Jimin y Euno son almas gemelas.

- ¿Qué?

- Si, Euno le mostró su marca y es la misma, por eso Jimin se quedó con el.

- Eso eso es una puta mentira... -Dijo en susurro mientras miraba hacía otro lado-.

- Cariño. -Dijo mientras llevaba sus manos a sus mejillas y lo miraba-.

- Tae, tú amas a Jimin y yo no puedo cambiar eso... Creí que iba a ser fuerte pero ya todo esto me lastima más de lo que puedo soportar.

- Yo te amo a ti... -Dijo con lágrimas en los ojos mientras sonreia-.

- No, no Tae, tu no me amas... Me estás mintiendo para que me sienta mejor pero me duele aún más. -Respondió llorando mientras negaba- Lo amas a el y no puedes evitarlo... Y lo entiendo.

- Jungkook, por favor, debes creerme.

- Solo sentiste atracción por mi aquella vez en el tren... Solo eso. Pero, yo, sentí más que eso cuando te vi... Realmente fue amor a primera vista y sentí que si el destino nos volvía a cruzar, haría lo que fuera para que estuvieras conmigo, para que sintieras lo mismo que yo sentí aquel día. Lo intenté

Jungkook no paraba de llorar mientras el contrario aún tenía sus manos en sus mejillas, limpiaba sus lágrimas mientras negaba ante lo que decía y lloraba también.

Pero, el pelinegro tenía razón, amaba a Jimin, daría su vida por el... Pero, eso no quita que haría lo mismo por Jungkook. Ese chico era tan dulce, tan amable, tan bueno, era totalmente perfecto para alguien tan estúpido como era el castaño.

- Creo que mejor me voy a mi casa... Por favor, no pierdas la cordura y vayas a golpearlo de nuevo. -Dijo antes de irse hacia la puerta pero el contrario lo tomó del brazo-.

- No te vayas... No me dejes solo. -Lo miró mientras lágrimas amenazaban con salir de sus ojos-.

- Tae...

- Por favor.

Jungkook solo se acercó al contrario para abrazarlo fuerte mientras el castaño se aferraba a este, sus lágrimas caían en el suéter de aquel pelinegro haciendo que aquel color gris se volviera más oscuro y húmedo.

Estuvieron un buen rato abrazados en la cocina sin decir ni una sola palabra, es que no había nada para decir en realidad... Minutos después, fueron a la habitación de Taehyung y allí se acostaron en la cama, a dónde hace unas horas atrás habían pasado el mejor momento de sus vidas... Especialmente el castaño que había perdido su virginidad.

Las espaldas de los dos estaban apoyadas en el respaldar de la cama, había una cierta distancia entre ellos, el ambiente era frío e incómodo, ¿Que había pasado? Taehyung aún pensaba en que a quién tenía a su lado era su alma gemela, con quién probablemente compartiría su vida hasta que envejezcan... Pero, algo le decía que no era así.

- Kook, podemos... ¿No estar así? -Dijo rompiendo aquel silencio mientras lo miraba-.

- Lo siento, es mi culpa.

- No, claro que no es tu culpa, no digas eso, -Tomó su mano mientras entrelazaba sus dedos con los de el- Yo lo siento.

- Tae... -Dió un pequeño suspiro mientras acariciaba con su pulgar la mano del contrario-.

- Kook...

- Se que no me amarás como amas a Jimin, pero, yo si te amo como no te imaginas... Así que, quiero disfrutar esta noche como si realmente fuéramos una pareja y como si me amaras realmente. No quiero desaprovechar que te tengo aquí, conmigo. -Dijo mirando sus manos mientras lágrimas caían desconsoladamente-.

- Ven aquí. -Abrió sus brazos y en ese instante, el pelinegro se tiró a esos brazos apoyando su cabeza en su pecho mientras era envuelto en esos brazos dónde creía que era su hogar-.

Ambos se miraron y Jungkook solo sonrió mientras lo miraba con sus ojitos rojos para que luego, el castaño uniera sus labios con los del pelinegro en un beso tierno y suave. Segundos después, se separaron y volvieron a mirarse fijamente.

- Te amo tanto, Taehyung... Realmente no te das una idea de cuánto mi corazón te adora y de la forma en la que se pone cálido y se agita cada vez que te ve. -Susurró mientras cerraba sus ojos y respiraba aquel perfume que usaba el castaño-.

- Yo también, Jungkook. -Dijo para luego, dejar un beso en su cabeza y cerrar sus ojos también-.

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞. |𝐕𝐌𝐈𝐍|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora