Capítulo diecisiete.

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— Eres una puta Jimin... Maldito mentiroso. -Dijo enojado mientras llevaba su mano a su cuello-.

— E-euno... P-por favor. -Dijo casi sin oxígeno al sentir aquella mano en su cuello que le impedía respirar-.

— Me dijiste que estabas en una cafetería, jamás entraste al edificio... Además, me escondí en el piso y venías con ropa que no era tuya y el cabello mojado. -Presionó más su cuello mientras el contrario lloraba y trataba de respirar-.

— Yo...

— Tu nada, eres un maldito Jimin, te doy el mínimo del confianza y me engañas... ¿Soy un maldito cornudo ahora? La gente se burlará de mi por tu culpa...

Euno estaba enojado, la sangre le hervía y estaba cegado por la furia que sentía. Jimin lloraba, cerraba los ojos y trataba de calmarse porque sino tendría un ataque.

El mayor lo empujó a la cama y allí el rubio respiró como si no hubiera mañana, pero no alcanzó a recuperar tanto aire que Euno se le tiró encima ahorcándolo de nuevo. Como pudo le quitó los shorts, Jimin puso sus manos en la muñeca mientras con sus piernas trataba de empujarlo pero era imposible, tenía una increíble fuerza.

Euno lo estaba violando, lo embestía y cada vez más fuerte, ni siquiera lo había preparado para tal acción. Jimin solo dejó de resistirse, miró hacía el lado de la ventana dónde los pájaros volaban libremente, sus lágrimas caían por sus mejillas empapándolas. Esto era común entre ellos, el mayor cuando se enojaba lo violaba, el rubio lo aceptaba ya que ese era "su castigo" por haber hecho algo que no entendía que era lo malo. Pero se culpaba a el mismo, en su cabeza resonaban las palabras "puta", "¿cómo pudiste mentirle?", "todo esto es tu culpa", "te lo mereces"... Jimin en el fondo sabía que no era su culpa, pero aún así se sentía de ese modo por el comportamiento de Euno.

Pasó al menos una hora, Euno salió dentro de Jimin para luego acabarle en la cara, el rubio no reaccionaba ni tampoco decía nada, solo estaba callado con los ojos cerrados mientras lloraba en silencio.

— Ahora vete a bañar que me das asco.

Aquel se salió de encima de el y Jimin obedeció, como pudo caminó hacía el baño, allí se desvistió y se adentró a la ducha mientras el agua caía por su cuerpo golpeado y con sus manos se refregaba la cara tratando de sacar aquella asquerosidad de su cara... Que demonios estaba pasando, ¿Por qué estaba viviendo esas cosas? Se sentó en la ducha y apoyó su espalda en la pared mientras lloraba en silencio y abrazaba sus piernas. Sentía dolor, asco, enojo, impotencia... Pero también culpabilidad.

Minutos después de salir de la ducha, se puso una bata blanca y su expresión en su cara era seria, básicamente no tenía ninguna expresión... Ni triste, ni enojado, nada. Al salir allí estaba Euno nuevamente, este lo miró con cara de culpa y abrazó a Jimin fuertemente.

— Mimi... Yo, realmente lo siento. -Dijo sollozando mientras el otro no decía nada- Me comporté como un idiota, pero yo... No quiero perderte, te amo demasiado y no quiero. Perdóname por favor...

Jimin solo sollozaba mientras miraba hacia un punto fijo, estaba quieto, no quería abrazarlo, solo estaba allí callado.

— Euno... Todo esta bien, tranquilo.

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞. |𝐕𝐌𝐈𝐍|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora