Capítulo treinta y ocho.

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Pasaron los días, las semanas y Taehyung no encontró por ningún lado a Jungkook, llamaba a su teléfono y nada, se encontró con sus padres y ellos... No pudieron decirles nada, estaban tristes por lo que se había ido pero, el pelinegro les pidió que no le dijeran nada y ellos respetaban eso.

Taehyung se la pasaba en su apartamento, acostado en el sofá comiendo frituras o esas cosas por el estilo, otros días ni siquiera comía y miraba aquella foto que el contrario le dejó además de otras más que tenía en su teléfono, sus videos jugando, sus mensajes... También iba a la habitación para ver aquella pintura que le había hecho, el cuál no estaba porque se la había llevado. Su vida era inútil, dejó de trabajar, de salir a caminar, de hacer cualquier cosa, jamás salió de su apartamento. No iba al súper, no lavaba su ropa, no limpiaba... No tenía ganas de hacer absolutamente nada.

Un día, el castaño estaba mirando televisión acostado sin ganas de nada, como última hacía, hasta que su teléfono sonó, el atendió con la esperanza de que fuera Jungkook ya que el número era desconocido...

-¡Jungkook!

- Tae...

- ¿Jungkook?

- No, no soy Jungkook... S-soy Jimin, soy yo.

- Jimin, ¿Qué sucede ahora?

- Ven a mi apartamento por favor... Acaba de pasar algo horrible, por favor, ven.

La voz del rubio estaba temblorosa, y para que le dijera eso... Algo malo había pasado. Dejó el teléfono en el sofá y corrió fuera de su apartamento para subir las escaleras desesperado. El vivía en el piso siete y Jimin en el diez. Al llegar, cansado y agitado caminó hacía la puerta del apartamento del rubio y allí tocó la puerta. Nadie abría, no se escuchaba nada. Forcejeo la perilla pero no hacía falta ya que no tenía llave... Abrió cuidadosamente la puerta y al entrar a este lugar se encontró con manchas de sangre en el suelo... Siguió caminando mientras miraba al suelo y al levantar su mirada y acercarse más, vió a un rubio cubierto de sangre con un cuchillo en su mano, en shock, con lágrimas en sus ojos y el teléfono en el suelo... Al bajar la mirada se encontraba un pelinegro en el suelo prácticamente muerto.

Taehyung estaba pálido, estaba en shock ante esa escena... ¿Jimin lo mató? ¿Que tan malo fue lo que hizo ahora que tuvo el valor de hacerlo? 

- J-jimin... -Dijo el castaño mientras lo miraba a los ojos aún en su lugar-.

- Tae... Ayúdame por favor. -Dijo titubeando mientras sus manos temblaban y lágrimas caían en su rostro sin parar-.

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞. |𝐕𝐌𝐈𝐍|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora