Capítulo treinta y cinco.

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Jimin llevaba unos anteojos negros que le quedaban bien cimétricamente con su cara. Taehyung caminó hasta la mesa dónde estaba el y se sentó enfrente.

En ese momento se miraron y, el rubio se dió cuenta que aquellos anteojos obstruían que sus ojos se miraran con los del contrario, así que se los quitó y dejó ver un ojo morado imposible de tapar con maquillaje. Al verlo Taehyung, este apretó sus puños y tensaba su mandíbula mientras miraba aquellos golpes en su cara.

- Jimin...

- Siento haberte llamado, dijimos que no nos íbamos a ver ni hablar más, pero, era imposible. -Bajó la mirada mientras volvía a ponerse los lentes-.

- ¿Volvió a hacerlo?

- Si, al principio realmente había cambiado, pero meses después volvió a golpearme y abusarse de mi...

- Es increíble que hayamos tenido una discusión tan fuerte por este idiota... ¿Para que? Si volvió a ser la misma mierda que antes.

- Lo sé Taehyung, lo sé. No necesito que me lo digas de nuevo, creí en el y pensé que podía hacerlo cambiar. -Dijo mientras lo miraba- Yo lo amo, aún lo amo.

- ¿Me llamaste con urgencia para decirme esto? Jimin, tengo una maldita vida, estaba con Jungkook y tuve que dejarlo porque tu me necesitabas. -Dice mientras lo mira serio- Te dije que te iba a ayudar a denunciarlo, a alejarte de el, pero no, no quieres porque lo amas y crees que cambiará cuando no es así.

- El tiene mi marca Taehyung, la tiene... Es mi alma gemela.

- ¿Y qué? ¿Por eso vas a dejar que te golpee y humille? No seas así Jimin, estás siendo masoquista. Se que es difícil salir de allí, pero yo te iba a ayudar, iba a estar contigo.

Al escucharlo, el rubio suspiró mientras una lágrima bajaba por su mejilla y jugaba con sus manos.

- Yo... Esta vez lo haré, lo denunciaré.

- ¿De verdad?

- Si, tengo pruebas, me tomé fotos de los golpes desde hace años... Tengo todo en un teléfono, voy a ir a la policía.

- ¿Y qué esperas? Vamos. -Dijo mientras se levantaba y el contrario le tomaba el brazo-.

- No, no lo haré ya. En unos días, voy a hacerlo en unos días.

El contrario suspiró mientras se volvía a sentar y lo miraba.

- Entonces... ¿Vas a ayudarme?

- Si, te ayudaré, así que, cuenta conmigo... Y con Jungkook también si quieres.

- No, no lo metas a el en esto, no lo comprometas a ayudarme, no necesito que sientan más pena por mi.

- Esta bien.

- ¿Cómo está el?

- Bien...

- ¿Ustedes...?

- Si, estamos saliendo.

- Que bien, me alegro mucho por ti, Tae.

- Gracias.

El ambiente era incómodo entre ellos, sus miradas estaban pérdidas y no sabían que decir o hacer. Jimin se sentía vacío, había perdido a su mejor amigo, pero no sólo eso, perdió la oportunidad de ser algo más con el, porque ya había alguien en su vida, amaba a alguien más.

Pero, no podía culparlo, el también amaba a alguien, a Euno, que pese a ser un hijo de puta, lo amaba. El amor duele dicen, duele como si tu cuerpo estuviera rodeado de espinas que se clavan en tu piel, amar no es color de rosas y claramente estos tres chicos lo sabían. Jungkook, Jimin y Taehyung, los tres amaban, pero también llevaban espinas alrededor de su corazón que hacían que este doliera.

La vida no es fácil, y menos cuándo cada vez es más difícil vivirla.

Allí se encontraban los dos, sentados frente a frente sin decir ni una palabra, ni siquiera mirándose a los ojos. Pasaban recuerdos en sus cabezas de cuándo eran jóvenes y eran felices, cuando realmente lo eran.

Pero, cayeron en la realidad y el primero en levantarse fue Jimin, dejó dinero en la mesa ya que había pedido un café y se despidió con una reverencia hacía Taehyung, mientras este solo miraba al frente.

Aquel se fue, se alejó de el como un pétalo cerezo se aleja de su árbol por culpa de la brisa.

El castaño media hora después de que el rubio se fue, se levantó y salió de allí para ir hacía su edificio. Al entrar fue al elevador y esperó a que abriera este. A su lado, se encontraba un pelinegro de su altura el cuál maldecía que se tardara tanto el elevador en bajar.

Al mirarlo de reojo... Si, era el. El mismísimo hijo de puta. Taehyung aclaró su garganta y ese chico lo miró.

- ¿Taehyung?

El castaño levantó su cara y lo miró con una sonrisa.

- Euno.

- ¿Qué demonios haces aquí? -Dijo seriamente mientras tensaba su mandíbula-.

- Vengo a darte tu puto merecido, infeliz.

Y en ese mismo momento, Taehyung tiró el primer golpe hacía la cara de ese pelinegro, los golpes siguieron. Euno no podía defenderse porque había quedado perdido desde el primer puñetazo en su cara. El pelinegro había caído al suelo y encima de el estaba el castaño golpeando su cara.

- ¡Eres un maldito hijo de puta! ¿Por qué no me golpeas a mi en vez de a alguien indefenso? ¡Responde! -Gritó enojado mientras lo miraba con lágrimas en sus ojos-.

Sus nudillos dolían, pero no le importaba, la cara del contrario estaba llena de golpes, su nariz sangraba al igual que su labio. Taehyung no paraba, no se detenía, guardaba tanto odio hacia ese tipo que si lo podía matar, lo mataba.

- ¡Taehyung! ¡Detente! -Gritó mientras corría hacía el y lo abrazaba de la cintura para levantarlo-.

- ¡Déjame!

- ¡No! ¡Ya basta!

- Maldito idiota... Jimin es mío ahora.-Dijo el pelinegro en el suelo mientras reía-.

- ¡Te voy a matar hijo de puta, juro que lo haré! -Gritó mientras trataba de safarse del agarre del contrario-.

- Taehyung... Basta. -El elevador se abrió y aprovechó para entrar en este con el castaño-.

El chico lo soltó y Taehyung solo bufó enojado mientras se apoyaba en la pared del elevador.

- ¿Por qué no me dejaste matarlo? -Dijo enojado mientras lo miraba-.

- ¿Qué demonios te pasa? ¿Te volviste loco? Sé que es un idiota pero no puedes golpearlo aquí, menos en dónde hay cámaras Taehyung. El puede denunciarte. -Gritó preocupado mientras lo miraba-.

- Que mierda me importa eso. -Miró sus nudillos todos lastimados mientras se quejaba-.

- Tae...

- Jungkook, no deberías haberte metido.

- ¿Iba a dejar que lo golpearás hasta sacar toda tu angustia? ¿Y si lo matas? Vas a ir preso, y quiero eso para ti.

Al escuchar aquello, Taehyung levantó su mirada hacía el pelinegro el cuál tenía sus ojos llorosos y solo lo abrazó.

- Lo siento mucho, de verdad, necesitaba darle un merecido a ese hijo de puta.

- Lo se, pero... No era la forma. Tae, tú no eres así.

- Lo sé, lo siento... -Dijo mientras lo miraba y dejaba un beso en su mejilla- Perdóname.

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞. |𝐕𝐌𝐈𝐍|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora