Bir Şans Daha (Otra Oportunidad) 1&2

#40: La violación del contrato (+18)

NARRA OLCAY

Cihangir estuvo serio todo el camino a casa.
Papá y Mustafa querían venir a festejar, estaban orgullosos, ya que hace mucho tiempo no trabajaba en anuncios y no modelo desde que estaba embarazada, antes del accidente de Cihangir.

Llegamos y Emine ya tenía la cena lista.

—Buenas noches. La cena ya está lista, ¿Quieren que se la sirva?

—Si Emine por favor, tengo mucha hambre y seguramente Doruk también. —respondí amablemente y ella asiente.

Sirvió la cena y nos sentamos.
Preparó uno de los platos favoritos de Cihangir, fideos spagetti con salsa a la bolognesa.

—Ésto está delicioso Emine. —al fin habló Cihangir.

—Muchas gracias señor Cihangir. —le respondió ella desde la cocina— Señora Olcay, yo ya me retiro. ¿No se le ofrece nada más? —dijo mientras junta la mesa.

—No Emine. Vé y deja que los platos lo lavo yo. Te veo mañana. —ordené y asiente.

Emine se fue y Cihangir me fulmina con la mirada.

—¿Qué te pasa? No me mires así. —dije enojada.

—Es tarde para que Doruk esté despierto. Lo iré a hacer que duerma. —dijo agarrándolo de su silla.

Obviamente lo hizo para evitar una conversación conmigo.
Miro la hora y realmente es tarde.
Me puse a lavar los platos y subo.

Paso por la habitación de Doruk y ya está dormido.
Voy a mi habitación y está destendida la cama, pero no está Cihangir.

Un vestido de seda color rosa pastel agarré de piyama.
Cihangir entra a la habitación y se acuesta.
No sé dónde estaba y prefiero no preguntar.

Me doy vuelta para dormir y siento como de a rato se mueve Cihangir, yo tampoco me puedo dormir aún.

Me siento en la cama y busco mis ojotas.
Siento que me agarra la mano antes que me pare.

—¿A dónde vas? —preguntó.

—Por agua. —dije sin mirarlo aún.

—Está bien. —dijo soltando mi mano y bajo a la cocina.

Agarré un vaso de la alacena, revisé que las puertas estén bien aseguradas y volví a subir directo a la habitación.

—Ese tipo te tocó, estuvo demasiado cerca tuyo. —dijo Cihangir viendo el anuncio en su teléfono y revoleo los ojos.

—Es trabajo Cihangir. —dije después de suspirar.

Ya iba a comenzar a reclamar, pero se me iba a hacer raro si no lo hacía.

—Violaste el contrato.

—No, no lo hice. Es trabajo, el tipo no me tocó realmente, estaba actuando. —comienzo a peinarme.

—Pero te tocó. Así que, sí, lo hiciste. —poniéndose de pie.

—Está bien Cihangir, puedes demandarme entonces. —dije y sonríe malamente.

¿Qué está tramando ahora éste hombre?

Se me acerca seductoramente y me agarra de la cintura llevándome hacia él.

—¿Sabés cuál será tu demanda? —susurró en mi cuello y niego— Ahora te dejaré con la duda, lo sabrás en unos días. —dijo soltándome y alejándose pero lo agarro del brazo.

—¿Qué estás planeando Cihangir? —él sonríe.

—Así cómo tú no me dijiste que otro idiota te tocaba, no te lo diré. —revoleo los ojos.