Bir Şans Daha (Otra Oportunidad) 1&2

#19: Cihangir, ¿Muerto?

NARRA VOLKAN

Pasó un día del accidente de Cihangir y aún no se sabe nada de él.
Llegó la noche y estábamos por cenar en la casa de Olcay, Akasma nos invitó.

—¿Dónde está Olcay? —pregunté.

—En su habitación, no quiso salir en todo el día. —respondió Akasma.

—Ni siquiera dejó pasar a nadie. —dijo Emir.

—El único que podría sacarla de la habitación está desaparecido. —dijo Erol.

—Intentaré hablar con ella. —dijo mi madre.

—¿Volverá a caer en depresión nuevamente? —preguntó Serkay.

—¡Ay ni lo digas Serkay! —dijo Akasma.

—Esta vez sería peor, pero espero que no. Ahora tiene a su hijo, tiene que pensar en él. —dijo Emir.

—¿Mustafa no envió nada? —pregunté.

—No, aún no. —respondió Erol.

Se comenzaron a escuchar los gritos de Olcay echando a mi madre aún sin abrirle la puerta.

NARRA OLCAY

No pude parar de llorar en todo el puto día, tengo los ojos súper hinchados, no quiero ver ni hablar con nadie.

—Ya dije que no quiero ver a nadie ni hablar con nadie. ¿Qué mierda no entienden? —grité cuando tocaron mi puerta.

—Olcay, soy yo, Havva.

—Vete. No quiero ver a nadie.

—Olcay, 5 minutos nomás. Si no te convenzo de nada te prometo que te dejo tranquila.

Abrí un poco la puerta y ví que estaban todos en la esquina de la escalera.

—¿Lo prometes?

—Prometido.

—Entra tú sola. —dije.

Pasó rapido y cerré la puerta.

—¿Por qué te haces esto? —preguntó con lágrimas en los ojos.

—Sólo necesito pensar, necesito estar sóla. Estaba viendo los videos de las cámaras de seguridad.

—¿Te sentiste mejor haciendo esto?

—No voy a estar bien hasta que vea al hombre que amo a mi lado.

—Pero tienes que estar bien para cuando él regrese Olcay. ¿Tú crees que le gustaría que estés así? No creo que le guste que no comas nada en todo el día y descuides a su hijo.

Me quedé pensando por unos minutos, me sequé las lágrimas que tenía en mi rostro.

—Tienes razón. Cihangir me enseñó a ser fuerte, así que por él y por mi hijo lo voy a ser. Gracias.

—¿Vamos a comer? —preguntó con una media sonrisa.

—Tú vé. Me voy a bañar y bajo.

NARRA VOLKAN

—¿Y Olcay? —le pregunté a mi madre preocupado.

—¿Te echó? —preguntó Akasma.

—Tranquilos, la pude convencer. Se baña y viene.

—Gracias señora Havva. No sé cómo lo haya hecho, pero muchísimas gracias. —dijo Erol.

—De nada. Solo lo utilicé a Cihangir.