Capitulo 17: Extraños

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Como dije, hoy no era mi día para morir, hacia arriba, el cuarto y último piso, un chico con facciones asiáticas pero no del todo, era lo que suelen decir “Mestizo” también era obvio por su acento.

—¡Usa esto! —Dejo caer una cuerda.

No dude mucho pues los devoradores estaban a centímetros de mí, así que la tomé y comencé a subir, fue algo complicado pero al final logré subir, ese chicos y otros dos me ayudaron a entrar.

—Carajo estuvo cerca —Yo estaba aliviada que no me di cuenta en el momento en el que todos se alejaron y me miraban de una manera extraña, tenían puesto el uniforme escolar y había bolsas de dulces en el piso, me indico que probablemente no habían comido bien en semanas, parecía que esperaban a qué alguien fuera a rescatarlos.

—¿Están seguros de que no está infectada? —Fue una tímida voz de una chica.

—Eso parece —Otro chico hablo también.

Yo seguía calmando mi respiración y tuve tiempo necesario para analizarlos, era un grupo de 10, era extraño de aceptar, a simple vista eran 4 mujeres y 6 hombres.
—Vaya, no me esperaba encontrar a alguien vivo, bueno —Me puse de pie con la mochila y espada en mano —Yo me voy, gracias por la ayuda, pero debo apresurarme.

El chico que me ayudó me tomo de la muñeca —Espera, necesitamos ayuda, queremos salir de aquí pero es imposible, la ciudad está llena de zombies.

Yo sonreí de medio lado —¿Zombies? Así los llaman ustedes, claro que puedo ayudarlos pero necesito encontrar algo primero y no tengo mucho tiempo.

Pero ese chico no se iba a dar por vencido, no me soltó —Por favor, nadie vino por nosotros, creímos que el mundo se había carajo y solo quedábamos nosotros.

Baje la mirada y me mordí los labios, mire a los chicos, se veían del asco, no podía irme y dejarlos a su suerte, suspire antes de responder
—De acuerdo, los ayudaré, pero antes necesito saber ¿Que demonios paso en este lugar? El ejército ubico a su escuela como la zona cero de este “apocalipsis”.

—¿Cómo estamos seguros de que ella va a ayudarnos? —El chico rubio de su grupo no estaba en términos de confianza.

—Tiene razón —Y otra chica también lo apoyaba —¿Cómo sabemos que es de confianza?

Iba a quejarme pero si lo hacía podía empezar una pelea muy inecesaria para todos —Es hora de sentarnos a hablar pero antes, veo que les hace falta —Iba a abrir la mochila cuando me di cuenta de que aquel chico mestizo seguía sujetando mi mano
—Am oye, puedes....

—Oh si, lo siento.

Lo mire unos segundos y note algo que había ignorado, usaba lentes con  armazón café y unos toques dorados.
El plástico de las botellas de agua fue realmente algo que necesitaban escuchar —Vamos, les hace falta.

No lo dudaron ni un segundo, les di tres de ellas y para mí sorpresa la repartieron muy bien —Oye tu, también lo necesitas —El chico que me ayudó también bebió agua de mi propia botella —Mi nombre es Juliette, ahora no soy una extraña para ustedes.

—Gracias por esto —El Mestizo parecía ser el líder de su grupo.

Enseguida todos los demás me agradecieron también.

—No hay nada que agradecer, ustedes me salvaron, creo que estoy en deuda con todos —Recorde que una vez mi madre menciono “Ayuden a todo el que lo necesite, el que esté en los peores momentos y tal vez algún día tengan la ayuda que necesiten”.

Inconscientemente yo pensé en salvar a todos los que pudiera cuando Keyla dijo que los había dejado para morir, no importa si fueron crueles, tal vez algunos merecen una segunda oportunidad.

Sobrevivir o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora