Passenger/Let her go
*Instantes, parte I*
Maddison.
No era ni de cerca lo que había imaginado que pasaría cuando lo volviese a ver. Supongo que fantasee tanto con eso, que mis expectativas estaban por los cielos.
Una risa amarga se me escapa mientras observo como sube al auto que lo espera en la entrada del colegio, por breves instantes nuestros ojos hacen contacto, pero desvía la mirada y cierra la puerta del coche de golpe.
Sentí a mi primo pararse a mi lado y observar como su auto se alejaba.
Me atrajo a su cuerpo dándome un abrazo y un beso en el pelo.
—Los Italianos si que son fríos ¿No?— intenta bromear mientras me revolvía el pelo.
—¿Qué haces?— me queje, sujetó mis mejilla con fuerza haciendo que me apartase y le diera un manotazo, se alejo de mi y corrió al coche que había venido por nosotros.
—¡Le diré al tío Nick!— le grite corriendo detrás de él.
Tyler el guardaespaldas de mi madre nos abrió la puerta trasera del auto y cuando nos sentamos lo pellizco, pero al ver que no respondió a mi intento de pelea me detuve.
Mis ojos se llenaron de lagrimas, me atrajo a su cuerpo en un abrazo y sin verlo venir me eche a llorar, mis hombros se sacudieron y sentí que el pecho se me comprimía. A los lejos podía escuchar la voz de Tyler preguntando que pasaba.
Escondí mi rostro en el cuello de Andrew y sujeté su camisa con fuerza.
Ya no comprendía lo que sentía, jamás me había importado lo que la gente pensara o dijera de mí, nunca tuve miedo de perder a alguien, pero la vida me había dado un puñetazo de lleno en el rostro y no lo vi venir.
—¿Maddie?— Mi primo me susurra con dulzura, pero oculto más mi rostro.
El auto ya se había detenido y solo cuando escuché que la puerta trasera fue abierta despegue mi rostro del cuello de Andrew y observé como papá me miraba preocupado.
Hice un puchero inconscientemente con mis labios, y lo vi mirar amenazantemente a Andrew y luego a Tyler, para luego sacarme del auto y abrazarme.
—¿Qué tiene mi princesa?— el aire comienza a faltarme y él se aleja de mi mirándose preocupado, quise parar de llorar, dejar de sentir como si me ahogara y quitarle esa mirada angustiada del rostro.
Rebuscó algo en sus pantalones, y al no encontrar lo que buscaba comenzó a desesperarse.
—¡Consíguele un Inhalador!— exige, para luego levantarme cuando ve que mis ojos comienzan a cerrarse.
[...]
—¿Te sientes mejor, princesa?— Asentí y recosté la cabeza en el espaldar de mi cama fijando la vista en los rostros preocupados de mis padres.
—Estoy bien—. Asegure, tratando de alivianar el asunto —Yo solo...—Respire profundo dejando salir el aire lentamente —. Siento haberlos preocupados.
Mamá se acerca donde estoy y hace que acomode mi cabeza en su hombro acariciándome el pelo.
—¿Alguien te intimidó en la escuela?—preguntó despacio, observe como la mandíbula de papá se tensaba y menee la cabeza negando a su pregunta.
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PEQUEÑAS MENTIRAS ©
Action"Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras." - William Shakespeare.