John Legend/All of me
*VICEVERSA*
Matías.
Los ojos se me cierran buscando serenarme, y sin importarme los gritos estupefactos que sueltan algunos me alejo de la multitud quitándome de encima las manos del tipo que me sostenía.
Recojo mi sudadera y acepto el bolso del dinero que me entrega quienes me escoltaron, aun siento las manos tensas y me recargo en unos de los muros con el latido acelerado que toma mi pecho; mi móvil vibra en mis jeans y respiro hondo antes de tomar la llamada.
—¿Dónde diablos estas?— una risa sin humor sale de mi, y empuño el teléfono sin saber que responder. —Te lo advierto, Matías, un escándalo más y...
—¿Y qué?— lo interrumpo —¿Ahora si piensas comportarte como un padre?— mi voz sale en un gruñido y me moleta que se quede en silencio. —Ya soy responsable de mis propios asuntos, y cuando te pedí que te quedaras, no lo hiciste, por tanto no vengas a comportarte como si te importara.
Cierro la llamada con el nudo que toma mi garganta y acelero el paso queriendo huir de mis pensamientos.
Al otro día no soy más que un volcán a punto de hacer erupción, me fumo dos cigarro intentando obviar el sabor dulce que percibo desde ayer, me acomodo las bermudas que utilizo para entrenar e importándome poco lo que piense el entrenador llego tarde y me pongo a correr.
El ser jugador de futbol nunca se me ha dado mal, en la antigua escuela de pijos que Alessandro me apuntó era el capitán, y aunque ahora el cargo me sepa igual no significa que no me importase. Me inscribí en el equipo porque Jared, mi antiguo entrenador, prometió que iba a tener un puesto seguro aquí, pero el sin sabor que siento al ver al capitán del equipo planeando estrategia con su cara de come mierda me tiene jodido.
Solo bastaba verle la sonrisa que tiene plegada al rostro como para intuir que se la había pasado bien con Maddison ayer, trato de enfocarme en lo mío, pero a medida que escucho sus alegatos mis hombros se siguen tensando. No me había servido un carajo el golpear aquel tipo ayer, mi instinto solo me pedía sangre de este, necesitaba relajarme porque nadie iba a comprender porque mi mente se comportaba de aquella forma.
—¡Reúnanse!— La voz del entrenador me saca de aquel lugar que había tomado mis pensamientos, y en parte se lo agradezco. —El viernes próximo es el partido en Knightsbridge,— empieza —el director ha informado que nos estaremos desplazando cinco horas antes de que comience el partido. El juego este semestre estará mar reñidos, ya que han ingresado nuevos jugadores, por lo tanto quisiera saber si están comprometidos con esto.— Sus ojos se posan en los mío y bufo a un costado llamando su atención—¿Qué es lo que te parece tan molesto?— me pregunta y todos voltean a mirarme.
Me encojo de hombro y me apoyo del hombro de Ignacio.
—¿Has visto las estrategias de porquería que prepara tu capitán?—Thomas me mira y le sonrío con burla sin detenerme. —No me extrañaría si pierden en este y en los demás juego.
—¿Pero tu de que vas?— el capitán se me acerca cabreado y no me inmuto, solo un golpe de su parte y nadie podrá decir que no lo hice en defensa propia. —¿Qué coños sabes de futbol?
—Más que tu al parecer— La vena de su yugular comienza a pulsarle y no borro mi sonrisa. —Pido que hagamos un cambio de capitán —El entrenador levanta la cejas con sorpresa y Thomas se me viene encima colérico.
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PEQUEÑAS MENTIRAS ©
Action"Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras." - William Shakespeare.