Capítulo 6

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Anyone/Justin Bieber.

*MOMENTS*

Maddison.

El sábado me levanto al medio día con un terrible dolor en el ojo donde me había pegado papá, observo el moretón que se burla de mi de forma patética, me tomo las medicinas y termino desayunando en compañía del abuelo quien no para de mencionar los acontecimientos de ayer, me pide los detalles como sin en verdad se los fuese a dar, y termino siendo amenaza con la herencia que me iba a dejar. 

Le cuento por encima lo que había ocurrido entre Matías y yo desde que llegó y me incita hablar con papá, ya que asegura que no para de sentirse culpable. Le prometo que lo haré y él se despide de mi dándome dinero y un abrazo antes de ser escoltado por sus guardaespaldas. 

La tarde entera me la paso haciendo deberes y  ha esos de las 16 horas recibo un mensaje de Thomas preguntándome si esta bien para mi el ir al cine. Instintivamente me doy un golpe en la cabeza por lo torpe y olvidadiza que era y le respondo inventando una excusa.

Maddie: Lo siento, no creo que podamos salir en está ocasión.

Su mensaje no tarda en llegar y suspiro leyéndolo. 

Thomas: Oh, ¿Algún problema?

Por supuesto que lo tenía, solo bastaba verme el ojo como para desistir de cualquier propuesta de salida, además no tenía ánimos, el capitán era muy buen amigo, sin embargo una vez intentó tener algo serio conmigo, pero jamás lo miré con otros ojos, me agradaba demasiado como para arruinar nuestra amistad en algo que sabía que no iba a durar.

Aunque realmente nunca me di la oportunidad de salir con alguien por esta siempre enfocada en la escuela y el estar espiando a Matías constantemente por Instagram.   

Maddie: Si, no me siento muy bien, tengo un insoportable dolor de cabeza.

Thomas: Entiendo... Cuídate, nos vemos el lunes. 

De inmediato me siento mal por mentir, y me levanto del escritorio dejando los libros de lados fijándome a través de la ventana en como la brisa mueve las ramas de los arboles que están en el jardín.

Maddie: Si quieres podemos ir después de la escuela a esa librería de la que no paras de hablar.

Me muerdo el pulgar esperando, el teléfono me vibra y...

Thomas: ¡Por supuesto! Gracias por acordarte.

Una sonrisa satisfecha invade mi boca, le mando un sticker sonriendo y el me lo devuelve con un emoji sonrojado, ruedo los ojos y dejo el teléfono en la cama caminando hacia la puerta de mi habitación saliendo.

Sin darle muchas vueltas me dirijo hacia el despacho de papá, abro la puerta sin tocar y lo encuentro tomando recargado en su asiento. 

Un pinchazo de culpabilidad me encoje el pecho y mis ojos se llenan de lagrimas cuando me mira.

Camino hacia donde esta cuando se pone en pie y lo abrazo sin dejarlo hablar.

—Lo siento mucho, papá— mi barbilla tiembla y me separa varios centímetros de él evaluando mi rostro golpeado, sus ojos azules se tornan mas oscuro y aprieta la mandíbula reparando mi ojo.

PEQUEÑAS MENTIRAS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora